martes, 28 de enero de 2020

CONCURSO DE MICRORRELATOS "EL TREN Y YO"


BASES:

1. El plazo para la entrega de los microcuentos finalizará 19 de febrero. 

2. La extensión del microcuento ha de estar entre las 100 y las 200 palabras.

3. La temática será el tren, tomando como ejes de inspiración los siguientes:

- El tren como medio de transporte ecológico.
- El tren como elemento de mi vida: las vías, la movilización vecinal; o el tren en mi país de origen...
- El tren como metáfora del viaje de la vida o inspiración metafísica.
- El tren en el instituto: lo que veo desde mi aula, lo que escucho, lo que siento. 

4. Los microcuentos se entregarán al profesor de Lengua castellana y Literatura, y tras la corrección de estos por parte del docente, el alumno lo enviará al blog http://jardinabiertomb.blogspot.com en el apartado “Comentarios” de este post. Al final de cada microcuento deberá indicarse el nombre y el curso del alumno. 

5. Habrá tres categorías con un ganador y un accésit para cada una: primer ciclo de ESO, segundo ciclo de ESO y Bachillerato. El premio será un vale de 30 euros para el ganador y uno de 20 euros para el accésit en cada categoría para canjear por material escolar en la librería Angie Meca (C/ Torre de Romo).

6. El jurado estará compuesto por todos los profesores del Departamento de Lengua castellana y Literatura del IES Mariano Baquero y los profesores participantes en el programa de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Murcia. 

7. Con los relatos seleccionados y los premiados se editará una publicación sin ánimo de lucro dentro del proyecto I+D+i “El barrio como escenario de pedagogías críticas y arte colaborativo” (PGC2018-094351-B-C42).

8. Los autores recibirán un ejemplar gratuito una vez editado y publicado el libro. 

9. Acción promovida por el IES Mariano Baquero Goyanes y el proyecto I+D+i  "El barrio como escenario de pedagogías críticas y arte colaborativo” (PGC2018-094351-B-C42)


196 comentarios:

  1. EL TREN Y YO
    Hace unos meses comenzó la lucha por el soterramiento del tren, pues una barrera física dividiría la ciudad en dos. La mayoría de vecinos de la zona salieron a manifestarse, y a ellos se les unió Benjamín, un hombre mayor que siempre iba acompañado por su perrita Lola. Nadie sabía de dónde era, pero iba cada día a mostrar su apoyo. La gente se quedaba muy impactada, pues Benjamín estaba muy mayor, y prácticamente no le iba a afectar este problema. Tantas noches se juntaban los vecinos que hicieron una gran amistad, incluyendo a Benjamín. Tiempo después, aun estando la pasarela instalada, quedaban para hablar, pasear o cenar. Los vecinos, al descubrir que Benjamín vivía en Cartagena, llegaron a la conclusión de que iba hasta allí cada día para no estar solo. Lo que no sabían es que Benjamín iba en busca del amor, pues llevaba muchos años viudo. Para su sorpresa, un día vio a Lola un poco más voluminosa de lo normal, y se dio cuenta de que quien realmente había encontrado el amor había sido su querida perrita.

    María Conesa Carrillo 1ºbachB

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  2. MI FINAL
    Aquí estoy yo, sola, enloquecida por no saber qué tren tomar, qué rumbo seguir, a qué lugar del mundo huir.
    Me di cuenta de que la vida no siempre son trenes en los que debemos subir, a veces son estaciones en las que hay que bajar.
    Retengo las lágrimas con falsas sonrisas, tan tranquila, sin que nadie note la guerra que llevo dentro, imaginando lo que nunca va a ser, anhelando lo imposible, esperando que llegue la tranquilidad, cansada de vivir en tormentas, queriendo solo vivir en paz. Y es que a veces necesito respirar, gritar, volar. A veces solo me necesito a mí.
    Ahora estoy cayendo, de hecho siempre estuve cayendo, pero hoy es el día, hoy me bajo del tren, hoy dejo mi alma perdida, hoy dejo de recordar, hoy es el final de mi trayecto. Mi final.

    Marwa 4ºB

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  3. Desde hace muchos años, desde que comencé mi trabajo, viajo a muchos destinos viendo de pasada otros lugares durante todo el día. Pero hay un barrio en concreto que me llamó la atención.
    Cada día, al pasar por sus vías veía algo diferente. Cada vez había más gente que se concentraba allí, gritando “no al muro”, ¿qué muro?. Se les veía muy enfadados, y definitivamente supe que lo estaban cuando después de un tiempo vi que ese barrio estaba en llamas, la gente golpeaba el muro del que tanto hablaban y había policía por todas partes intentando evitarlo. Pero la cosa se fue calmando y en vez de gritar, todos cantaban; y en vez de golpear, bailaban; entonces vi algo que no había visto nunca en aquel barrio: a personas de todas las edades, de diferentes ideologías, razas y culturas, todos, luchando juntos por una misma causa.
    Al poco tiempo me enteré del porqué de todo aquello que vi, y supe que, por suerte, no he sido la causa de la separación de familias y barrios, sino muy al contrario, de su unión, que es para lo que yo, el tren, fui creado.
    Ana Gil Sánchez 1ºB Bachiller

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  4. EL VIAJE DE MI VIDA
    Ahí estaba yo situada en aquella estación. El olor a café inundaba mis fosas nasales, me levanté con mi café a medio tomar y me dirigí hacia aquel tren, pero antes de subirme tuve un altercado con un chico bastante grosero, ya que me derramó el café hirviendo encima y ni se molestó en preguntar si estaba bien. Minutos más tarde procedo a montarme en el tren y al sentarme en mi asiento me doy cuenta de que la persona del asiento de al lado es el chico grosero. Estuve varios minutos mirándole con cara de asco hasta que me preguntó qué me sucedía, y yo, de forma grosera, le solté que era un maleducado por no haberse ni disculpado por derramarme el café. Se quedó callado y minutos después me suplicó perdón ya que con las prisas del momento no se había dado cuenta de lo ocurrido. Nos perdonamos y entablamos una larga conversación, gracias a la cual el viaje se me hizo corto. Encontré un nuevo amigo que siempre recordaría. Después de ese fantástico viaje hice muchos más, porque nunca sabes a quién puedes conocer en un tren.
    Ana Isabel Gabriel Lozano 4ºB

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  5. La primera vez que monté en tren tenía cinco años e iba con mi padre rumbo hacia Barcelona a visitar a mi tía.
    Estaba muy aburrida sentada en mi butaca mirando por la ventana viend pasar zonas inhabitadas, así que de repente, cuando menos se lo esperaba mi padre, me levanté de mi asiento y empecé a recorrerme cada vagón del tren. De vagón en vagón acabé en el del conductor. Mi padre se percató y fue detrás de mí, cuando me encontro y yo estaba encima del conductor llevando el tren. Ese día jamás se me va a olvidar, y la razón de ello es la frase que el conductor me dije: “El tren no pasa una vez en tu vida; pasa todos los días, a cualquier hora, en cualquier lugar. Solo tienes que subirte a él cuando necesites cambiar el destino”.
    Desde entonces todos los días quería montar en aquel tren, era mi transporte favorito.

    Lucía Cánovas Cascales 4ºB

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  6. Adrián y Amaia eran dos jóvenes que siempre coincidían en la misma parada de tren, todos los días a la misma hora se veían ahí. Adrián se fijaba en todos los detalles de Amaia, siempre parecía venir con prisa, con el pelo alborotado y con el café en la mano. Al principio, Adrián solo sentía atracción por aquella chica, hasta que se dio cuenta de que no solo era eso lo que sentía, se había enamorado. Cada mañana Adrián intentaba conseguir la manera de hablar con Amaia, pero no se veía capaz. Pasaban los días y él aún no tuvo la valentía de declarar sus sentimientos hacia ella. Todos los días eran iguales, Adrián la veía, pero no le decía nada. Llegó un día, como otro cualquiera, en el que Adrián llegó a la parada de tren, pero Amaia no aparecía, llegará tarde, como siempre, pensó él, pero la chica seguía sin aparecer. Estuvo esperándola bastante tiempo, pero al ver que no venía, cabizbajo y lleno de tristeza se montó en el tren. Por el trayecto le pasaban por la cabeza muchos pensamientos negativos y dudas que nadie podía resolver. ¿Qué habrá pasado? ¿No seré lo suficiente para alguien? ¿Y si le hubiera hablado en su momento estaríamos juntos? Adrián se sentía un cobarde. Pensando en todo esto y mirando por la ventana del tren, apagado, porque pensaba que no volvería a ver a Amaia. Cuando llegó a su casa, para su sorpresa, ella se encontraba en su puerta y después de un choque de miradas, Amaia dijo: “Lo que el tren ha unido, que no lo separe la cobardía”

    Clara Alarcón López 1ºb bachiller

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  7. Elemento
    Había una vez una familia aventurera a la que le encantaba viajar y cuidar el medio ambiente.Un día la gran familia viajó en tren en busca de un tesoro,lo que no sabían es que el tesoro estaba allí.Tenían que ir buscando pistas por todos los vagones del tren,pero el tren estaba hecho un desastre:bolsas de plástico por el suelo,cáscaras de pipas,cartones,etc.Empezaron a limpiar como podían ,tiraban la basura dentro de las bolsas.Limpiando encontraron la primera pista,en ella estaba escrito el nombre del 2º vagón llamado "Elemento",ellos estaban en el 5º vagón.Al llegar a él,se sorprendieron ya que este estaba más sucio que el anterior.Siguieron limpiando hasta que el padre encontró en uno de los asientos la segunda pista,en ella había dibujada una que los dirigía al 3º vagón,en el que se encontraban tres contenedores para reciclar.Mientras reciclaban,la más pequeña encontró la última pista,que indicaba un número de asiento,una vez allí hallaron el tesoro:un pergamino del antiguo Egipto.
    El tren les había regalado su auténtica aventura:el elemento que les llevaría a otra civilización,otro tiempo,otro mundo.


    Alba Fernández Cegarra 4ºB

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  8. UNA LUCHA EN COMÚN
    Había trabajado mucho para llegar a donde estaba, por trabajo vivía en Madrid y aquella mañana, era una diferente al resto. Volvía al barrio donde nací, crecí y jugué, en donde todo el mundo se conocía y tus vecinas eran tu familia, un barrio luchador que se caía una vez y se levantaba más fuerte, el que derribó sus muros cuando nadie creía en él, el famoso barrio blindado por policía, un barrio que levantaron nuestros abuelos y que sucesivas generaciones hemos ido mejorando, sí, ese es mi barrio, el que se despierta cada mañana con el primer pito del tren. Hoy 5 años después, esa pequeña que contemplo la lucha de sus vecinos desde la ventana, la que vio correr delante de la policía a sus vecinas por defender lo nuestro, vuelve al barrio donde se crió para poner fin a la tortura que vive su gente desde hace más de cuarenta años, hoy se inaugura el soterramiento por el que tanto hemos sufrido y soñado, por el que tanto nos ha costado conseguir, y por el que mi abuelo luchó. Hoy se acaba la división y el aislamiento de los barrios del sur.
    Sofía Zapata
    1º Bach B

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  9. Me desperté cansado, con algo de dolor de cabeza cuando me di cuenta de que tenía que coger el tren. Ese moderno artefacto que me lleva a cualquier lugar de forma rápida, directa y ecológica.
    Al llegar a la estación recordé que no tenía que coger el tren ya que mi abuela no iba a estar en casa.
    A pesar de todo decidí cogerlo y dejarme llevar por toda mi ciudad de sitio en sitio sin un rumbo fijo, pensando en mí y en todo lo vivido de pequeño, en ese mismo instante pensé en todo lo que me hacía feliz y me dije a mí mismo "se fue" nunca más volveré a ser un niño.

    Andres Martinez Pujante 4B

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  10. SE FUE
    Me desperté cansado, con algo de dolor de cabeza cuando me di cuenta de que tenía que coger el tren. Ese moderno artefacto que me lleva a cualquier lugar de forma rápida, directa y ecológica.
    Al llegar a la estación recordé que no tenía que coger el tren ya que mi abuela no iba a estar en casa.
    A pesar de todo decidí cogerlo y dejarme llevar por toda mi ciudad de sitio en sitio sin un rumbo fijo, pensando en mí y en todo lo vivido de pequeño, en ese mismo instante pensé en todo lo que me hacía feliz y me dije a mí mismo "se fue" nunca más volveré a ser un niño.
    ANDRES MARTINEZ PUJANTE 4B

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  11. El tren que deseaba ¿Ser un avión?

    Aquel tren era como uno cualquiera, pero no quería cumplir la misma función que los demás. Los pasajeros viajaban gracias a este, además tenían una buena perspectiva de ese tipo de vehículos: por ser más ecológicos, lo que lo hacía mejor. Pero se angustiaba solo de pensar que no podía volar. El tren deseaba ser un avión.
    Siempre transportaba a gente e iba en otro mundo. Cuando pasaba un avión, lo contemplaba y se imaginaba ser como este para sentir el aire y la libertad. Sin embargo, como amaba el aire, en el fondo también sentía orgullo, porque no contaminaba al igual que otros y respetaba el aire de todos, de la vida misma.

    Soraya Blaya Boujloud 4°B

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  12. UN TREN ESPECIAL

    Érase una vez un tren especial que estaba muy feliz por el mero hecho de no contaminar al igual que los otros transportes públicos, realmente eso lo hacían todos los trenes pero él no solo hacía eso, sino que realizaba muchas cosas para ayudar a mejorar el mundo. Este tren llamado “ La felicidad sin la contaminación “ no contenía plástico en su interior y estaba prohibida la asistencia de las personas con plásticos. A pesar de esa condición, mucha gente viajaba en ese tren porque ofrecía muchos regalos que muestran que se puede vivir perfectamente sin plásticos, etc. Este tren tuvo mucho éxito y poco a poco se expandió por toda la zona. ¿Crees que es posible aplicarlo en nuestra ciudad ?
    Lamiae Gourada Neggaz 4ºB

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  13. NO DEJES PASAR EL TREN DE TU VIDA
    Soy Éric, tengo diecisiete años. Estoy apunto de acabar el bachillerato y como he ido al equipo de fútbol y he sido capitán los seis cursos, me dijo el entrenador que iba a tener una beca para la universidad en la que podría escoger artes, para dedicarme a la música, que es mi verdadera pasión. Ese partido de fútbol era decisivo. Pero en ese tiempo, apareció Jade. Es perfecta. Somos novios desde segundo. Lo único, que tendremos que separarnos por que mi universidad, está en Madrid.

    —Éric, tengo que hablar contigo después del partido.
    — ¿Qué ocurre?
    —No te preocupes, céntrate en el partido. Es tu futuro—dijo dándole un beso.
    —Vale. Te quiero—dijo yéndose.
    Durante el partido, miré a Jade y vi que estaba marchándose. La alcancé y ella se explicó: teníamos que terminar la relación por el bien de ambos.
    En el instante la besé, ella comprendió que la amaba, y juntos fuimos a casa a preparar las maletas, juntos fuimos a la estación y juntos cogimos un tren para Madrid.
    Allí haríamos nuestros sueños realidad. Por que no dejaríamos pasar el tren de nuestras vidas, el amor.
    JUDITH REARTE RUS 2°AX

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  14. Mi rostro se llena de manchas negras, apenas puedo ver lo que tengo a mí alrededor.
    Cada vez me duele más el cuerpo y me cuesta mantenerme en pie, además, es imposible contar todas y cada una de las heridas que tengo. Y lo peor es mi corazón, antaño lucía un color rojizo reluciente. Cada día se oscurece más como si de un trozo de carbón con destellos de luz encerrados en la oscuridad se tratase.
    Todavía albergo algo de esperanza, pero el tiempo a previa y en el momento que deje de tenerla se acabará todo. Claro está que esto no depende de mí. Hay una única solución, mi tren, me siento sola cada día que lo cojo porque nadie se sube en él y no me siento amada.
    Soy la madre naturaleza, ¿Me das la mano y te subes a mi tren?
    Nerea Marín Delgado 1ºB Bach.

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  15. El Tren-Mundi
    “Buenos días en un mundo más contaminado”, es lo que siempre escribo en mis diarios. Desde bien pequeña me ha fascinado aprender, he de decir que soy muy curiosa. Me llamo Tania y fue mi abuelo el que me introdujo en el conocimiento sobre la vida de los antiguos, ya que lo que queda de ellos son terribles máquinas contaminantes en un mundo donde no hay vuelta atrás y solo queda la supervivencia.
    Gracias a mi abuelo, conocí el magnífico mundo de los trenes; que, por desgracia, de esta maquina solo queda otras que contaminan más. Por lo que me he decidido a investigar la manera de unir lugares lejanos y tras 16 años de mi vida intentándolo y fallando, lo logré. Construí el Tren-Mundi, y todo se lo debo a mi abuelo, que desde mi infancia me guió por este mundo. Por eso, te dedico estas paginas a ti, que subiste a u tren de no retorno que no era el mío, pero, si me disculpas, voy a ver pasar el mundo desde la ventana de un modesto tren.
    Sergio Olivares Muñoz 1ºB Bach.

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  16. Amor eterno

    Después de la guerra, las personas usaban el tren en Europa central como ningún otro transporte, ese jueves de febrero frío, entre la multitud Sara una austriaca linda y con respiro viajaba en ese vagón. Me quedé, anonadado con solo mirarla, su sencillez y bondad, la transparencia de su mirada me dejó flechado. Ella me miraba con regocijo igual que yo. Queríamos decirnos muchas cosas, pero no nos atrevíamos. Entre los movimientos del tren, rieles no tan paralelos, el baile era sincronizado. No sé cuándo pasaron las horas, y su estación llegó tan rápido que no había saciado mi momento de seguir admirando su belleza.

    Ella se fue, y dejó en mí un vacío que nunca olvidaré.

    Me subo al mismo tren durante 30 años a ver si en algún vagón vuelvo a encontrar a Sara. No pierdo las esperanzas algún día de mirar los mismos ojos que me transmitían tanta tranquilidad y pasión.



    Sahil Ud Daulah

    4° B

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  17. Me encontraba sentada, como cada mañana. Hoy es diferente, oigo el viento, los pájaros cantar, pero todo queda interrumpido por un sonido peculiar. Se va acercando el tren, pasa a toda velocidad y durante unos segundos interrumpe la clase. Pasan algunos días y veo las vías temblar cada vez que pasa el tren. Despejo mi mente del ruido pensando en que los trayectos, las desviaciones o los finales de los carriles son como mi vida. Nunca voy a poder saber mi futuro, que es lo que me deparará mañana o incluso en las siguientes horas. Mis errores son aquello que puedo corregir a medida que el tren se vaya acercando a su parada final pero mientras tanto viviré. Cogeré desviaciones o iré a toda velocidad pero siempre sabiendo que algún día mi trayecto acabará.

    María Belén Bah Castro 4°B

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  18. Billete de ida hacia la tristeza.
    Marcos estaba sentado en el andén de la parada del tren, pero el tren no llegaba. De repente apareció una mujer de pelo castaño y cara muy fina que también esperaba el tren. Marcos se acercó a ella para preguntarle si ella también lo iba a coger, le respondió que sí. Marcos le pregunto tímidamente que cómo se llamaba, la mujer le respondió que se llamaba Clara. Clara, hablaba un poco insegura con él porque no lo conocía de nada, pero conforme fue avanzando la conversación, ella comenzó a sentirse poco a poco más cómoda. La conversación se hizo mas larga de lo que fue realmente, pues Marcos era una persona muy habladora.
    Esa tarde estaba lloviendo en Londres, pero la tarde se hizo corta con una conversación tan larga. El tren apareció con su luz amarilla cegante a lo lejos de la estación. Marcos realmente se tiró una tarde entera hablando solo, Clara no existía, todo fue fruto de su imaginación, lo que lo invadió de tristeza al subir a aquel tren solo. En ese momento no sabía que el billete que acababa de comprar hacia Birmingham sería el inicio de una tristeza que no tendría fin.
    Raúl Mesa Montalbán 4ºB

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  19. Miradas
    Aquella chica estaba pensativa esperando al tren. Parecía que estaba tramando algo. Estaba nerviosa, me estaba mirando mucho y yo me ponía nervioso ya que me estaba mirando fijamente. Cuando el tren vino nos subimos y justamente nos sentamos al lado. Empezamos a hablar. Se llamaba Carolina y vivía en Barcelona. Estuvimos hablando todo el camino hasta que de repente el tren se paró en medio del camino. Todo el mundo estaba nervioso, se había roto los raíles pero nos comunicaron que enseguida lo iban a arreglar, lo arreglaron y seguimos con la marcha. Cuando llegamos a nuestro destino ella me dijo que le había gustado conocerme y me dio su número.
    Luis Mario Merizalde Vera 4°A

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  20. D-15
    Solamente quedaban unas horas para coger el tren. Estaba muy ansioso, porque iba a volver a casa con su familia tras dos años de misión en Afganistán. Pronto volvería a ver a su único hijo, Rick, que tenía tan solo tres años cuando se fue. en ese momento tenía cinco, qué grande. Ya llega el tren, entra en su vagón D, se sienta en su butaca 15. A su lado hay un niño pequeño jugando con unos dinosaurios; ambos se hacen amigos en el trayecto. A las dos horas de viaje le entra sed, llama a la camarera y le trae un refresco, dulce pero con un sabor extraño y peculiar. Al cabo de unos 10 minutos se duerme o eso parece, hasta que el niño le pregunta, ¿quieres jugar conmigo?, y el silencio inundó el tren.
    Carmen Belando Carrillo 4ºA

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  21. OPORTUNIDADES
    Ese día debía coger el tren a las diez. Llevaba despierta desde las ocho. Mi habitual insomnio producía que la cama y yo fuésemos una. Estaba nerviosa, no sabía qué pasaría en ese vagón. Era la primera vez que cogía un tren sola.
    Subí y antes de que se cerrasen las puertas volví a mirar una última vez hacia atrás. Dejaba todo lo malo, los recuerdos y a mi familia. Estaba aterrorizada. Este tren me llevaría a un nuevo destino lleno de oportunidades. Lejos de todos los que me habían rechazado. Ya no tendría que reprimirme. Sería al fin libre.
    Alejandra López Morales 2ºB Bachiller

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  22. Bajar a la estación

    Aquella vibración continua que azotaba al tren, que perduraba todo el trayecto de este vehículo sobre las vías. Esa sensación hizo reflexionar a Fernando sobre hacia dónde se dirigía el tren. Afortunadamente, su asiento estaba junto a la ventana, lo que le permitió contemplar el horizonte. Al llegar a una intersección de vías se preguntó el porqué de ir hacia la derecha y no hacia la izquierda, el porqué de que no fuese él quien decidiese. Se dio cuenta de que, a veces, las decisiones son tomadas por otras personas, y que no se puede hacer nada al respecto. La insatisfacción invadió su cuerpo. Sabía que tenía que hacer algo pero no sabía el qué. En ese momento tomó la única decisión que estaba a su alcance. Cruzó la puerta del tren y bajó a la estación. Ahora se encontraba en un pueblo perdido en medio de la provincia de Burgos, sin saber que le depararía la vida, al igual que no sabía qué le depararía aquel tren que le llevó hasta allí.

    Mario Zaragoza Pellicer 4ºA

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  23. EL FUTURO...
    Se suponía que era un viaje normal y aburrido en tren hacia Luxemburgo, pero todo se torció y cambió de un momento a otro. Nada más llegar a la estación noté algo raro y estaba nervioso e inquieto, pero me tranquilicé en cuanto vi a Lara. Todo se calmó, ella es mi vaso de aceite. Pasamos todo el trayecto hasta la primera parada hablando y comentando las acciones y comportamientos de los demás pasajeros, ¡eran muy raros! Cuando bajamos a estirar las piernas, creíamos que estábamos en París, ya que llevábamos varias horas de viaje; pero Lara, que ya había estado allí, no reconocía nada y a lo lejos la Torre Eiffel estaba a medio construir. Miré a mi alrededor y Lara ya no estaba. Volví al tren y tras unas horas volvimos a parar, esta vez en una Bélgica futurista. Todo era muy extraño y cuando subí al tren decidido a contárselo todo a Lara, presencié mi propia muerte a manos de la que creía mi amiga. El tren era el pasado. El tren era el futuro. Ese era mi futuro.

    Lucía del Pilar Frutos Martínez 4ºA

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  24. Tu y yo
    Era una mañana como cualquier otra, compraba mi café y mi periódico y me sentaba en la estación del tren para irme al trabajo, no estaba muy lejos pero siempre estaba mejor que pasarse muchas horas en el coche y yo siempre veía las mismas caras todos los días, pero una mañana no era como siempre, una chica rubia se sentó enfrente de mi banco y nos quedamos mirándonos. Los dos nos pusimos sonrojados y nos metimos en nuestro vagón correspondiente, empecé a verla todas las mañanas y yo, encantado, me iba más contento a mi trabajo. Nuestra relación se fue consolidando y fue surgiendo nuestro amor hasta que un día nos besamos. Yo quería dar el paso de pedirle su número de teléfono para poder quedar con ella un día, y la mañana siguiente la chica no aparecía. Decidí esperarme hasta que apareciera, después de tanto esperar decidí volver a casa y leí una triste noticia: el tren donde siempre viajaba con la chica se estrelló, rompiendo así mi corazón.

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  25. Tu y yo
    Era una mañana como cualquier otra, compraba mi café y mi periódico y me sentaba en la estación del tren para irme al trabajo, no estaba muy lejos pero siempre estaba mejor que pasarse muchas horas en el coche y yo siempre veía las mismas caras todos los días, pero una mañana no era como siempre, una chica rubia se sentó enfrente de mi banco y nos quedamos mirándonos. Los dos nos pusimos sonrojados y nos metimos en nuestro vagón correspondiente, empecé a verla todas las mañanas y yo, encantado, me iba más contento a mi trabajo. Nuestra relación se fue consolidando y fue surgiendo nuestro amor hasta que un día nos besamos. Yo quería dar el paso de pedirle su número de teléfono para poder quedar con ella un día, y la mañana siguiente la chica no aparecía. Decidí esperarme hasta que apareciera, después de tanto esperar decidí volver a casa y leí una triste noticia: el tren donde siempre viajaba con la chica se estrelló, rompiendo así mi corazón.

    Noelia Hernández Sánchez 1°B Bachillerato

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  26. MI TREN DE CRISTAL
    Mi tren sigue. Mi tren no para. Mi tren descarrila pero lo consigo arreglar. Mi tren me lleva. Mi tren me trae y mi trenecito de cristal sigue sin cesar. Mi tren de cristal es lo más valioso para mí y, aunque a veces digamos que nuestro tren es el mejor de todos, siempre esconderemos el motor que está estropeado o el vagón que está vacío. Mi tren de cristal no es así. Mi tren de cristal tiene ralladuras y roturas de haber descarrilado más de una vez, tiene vagones que, aunque habiendo gente, se siente vacío, pero mi tren de cristal busca por cada estación a esa persona cristalera que le ayude y le cuide a seguir. Mi tren no sabe cómo caminar por algunos railes, pero lo intenta y, aunque se pierda, siempre encuentra su estación. Mi trenecito de cristal siempre está conmigo. Mi trenecito de cristal sufre por muchos trenes de oro y plata y joyas preciosas que piensan que intentar cambiar los raíles de la vía de los muchos trenes es divertido, pero ¿acaso vale más un tren que otro solo por el hecho de ser dos trenes distintos?

    Patricia Garrido Jiménez 1°C Bachillerato

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  27. UNA VIDA EN UNA NOCHE

    Era de noche y me encontraba en una estación esperando al tren. El tren llegó y me subí; por cierto, aquel tren era uno muy peculiar porque estaba lleno de graffitis hasta en el interior de los vagones. Entonces caí dormida por el cansancio y de repente veo que los graffitis se mueven, pero no salen de las paredes. Es entonces cuando uno de ellos se me acerca y dice: "¿Quieres que te cuente tu vida?". Yo no respondí, estaba estupefacta. Es así que de repente comencé a pasar por muchas paradas diferentes y a la vez entrando y saliendo gentes que no sé de qué conocería. Todo pasa a muy rápido, y la vez yo envejecía en aspecto, hasta que alguien dijo: "Despierta, aquí comienza tu vida". No fue un sueño, en verdad habían pasado todos esos años.

    Michelle Lisette Ayala Pino 4°A

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  28. Sin destino fijo.

    Sol implacable, ni un blanco sobre azul. Él estaba en el final de la repisa y su maleta tenía mucho que llevar pero le parecía poco, dejaba mucho atrás. Seco era el aire y su sudor era frío. Levantaba la mirada de rato en rato. Tenía prisa pero sobre todo miedo, le quemaba la chaqueta y se sentía observado por todos. Sonaba el timbre de la estación y él sabía que era su parada. Estiró el ticket arrugado en su bolsillo y tomó su maleta. Discreto, tomó asiento, dejó la maleta en el asiento de al lado, no quería que se sentase nadie junto a él. Al llegar el revisor le miraba a él y miraba su carnet con extrañeza, pero él sabía que fuese de la manera que fuese de iría.

    Víctor 4°A

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  29. LA LUZ
    -¡Noo!-Todo iba tan rápido. Silencio. De pronto parecía que el tiempo se había detenido. No se veía nada, excepto una pequeña luz a lo lejos. Entonces el tren comenzó a retroceder, cada vez estaba más cerca. ¡Click! La puerta se abrió y bajé. Era una habitación de hospital. Solo podía escuchar un pulso muy acelerado. Nerviosa, salí de allí. Siguió retrocediendo. Cada vez podía ver más luces. Paró en otra. Ahora, me encontraba junto a una pequeña cama donde dormía profundamente una niña. Siguió retrocediendo. Las campanadas de una iglesia y una lluvia de arroz. Siguió retrocediendo más rápido. Ahora se encontraba en una playa donde el sol relucía como nunca antes. Retrocedió más rápido. Paz. Una luz como ninguna otra y el tren desapareció.

    Ana Hernández marín 4ºA

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  30. EL TREN DE LA VIDA

    Hoy al llegar a la estación. Me senté frente a las vías del tren. La mirada se perdió entre el montón de personas y el ir y venir de aquellos trenes en eso he pensado rápidamente en la vida.

    Tengo claro que pocas personas fueron mi mejor estación. Porque han subido personas increíbles, pero también personas que hacían todo para que el tren no siguiera su destino y muchas veces se frenaba, pero gracias a esas personas que le hacían daño, fueron un apoyo para saber el fallo. Saber porque hacían que el tren se frene. Al descubrir el fallo. Ya no hay quien pueda frenar el tren. Y es aquí donde sabemos que para descubrir esas fallas, no lo hacen esas personas buenas que se han subido al tren, sino esas personas que hacían que se frenara solo porque no les gustaba como iba tan bien y tranquilo. Gracias a ellos el tren supo que le pasaba ahora no hay quien le siga interrumpiendo ir a su destino.

    Yo sé que todos tenemos una falla y de eso un aprendizaje. Y esa persona no nos va a impedir llegar a nuestro destino.

    Betzabeth García “4B”

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  31. Un tren, cuatro hombres y una luz entran en un bar
    Mi vida se remonta a hace algunos años. Yo era un buen estudiante, sacaba
    las mejores notas de mi clase, me gustaba mucho aprender. Conforme pasaba
    el tiempo iba subiendo cursos: 1º,2º, 3º,... de pronto me vi envuelto en la
    Universidad. No era un mal sitio, además las cosas que aprendía se triplicaron.
    Cuanto terminé acabé en una oficina, pasaba los días pensando en que no iba a poder salir de esos cuatro metros cuadrados. Una noche soñé que vi un tren en el que un hombre apuntaba con una luz a otro y dos más observaban, los cuatro me dijeron la misma respuesta de cómo veían la luz. Al despertarme seguí recordando el sueño, pero no solo eso, no se me iba de la cabeza, ¿Por qué decían lo mismo? cuando tu corres en un tren eres más rápido pues el Tren y tú van juntos, Entonces, ¿Por qué decían lo mismo? Empecé a ver Trenes por todas partes en la comida, las caras de la gente y en los trenes solo veía luces y hombres. Qué curioso que esta obsesión me llevara a ser el físico más famoso y el más grande de los asesinos

    Juan De Dios Moreno 4ºA

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    1. Un tren, cuatro hombres y una luz entran en un bar

      Mi vida se remonta a hace algunos años. Yo era un buen estudiante, sacaba
      las mejores notas de mi clase, me gustaba mucho aprender. Conforme pasaba
      el tiempo iba subiendo cursos: 1º,2º, 3º,... de pronto me vi envuelto en la
      Universidad. No era un mal sitio, además las cosas que aprendía se triplicaron.
      Cuanto terminé acabé en una oficina, pasaba los días pensando en que no iba a poder salir de esos cuatro metros cuadrados. Una noche soñé que vi un tren en el que un hombre apuntaba con una luz a otro y dos más observaban, los cuatro me dijeron la misma respuesta de cómo veían la luz. Al despertarme seguí recordando el sueño, pero no solo eso, no se me iba de la cabeza, ¿Por qué decían lo mismo? cuando tu corres en un tren eres más rápido pues el Tren y tú van juntos, Entonces, ¿Por qué decían lo mismo? Empecé a ver Trenes por todas partes en la comida, las caras de la gente y en los trenes solo veía luces y hombres. Qué curioso que esta obsesión me llevara a ser el físico más famoso y el más grande de los asesinos

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  32. Primera vez
    No puedo recordar mucho de esto, solo lo emocionado que estaba de ir en tren por primera vez. Me iba con mis padres a Águilas. Eran las 8 de la mañana y tenía que estar en la estación a las 11. No podía esperar más, quería ir YA, pero no quería molestar a mis padres, así que me fui a buscar mi tren de juguete. Cuando se despertaron y nos dirigíamos a la estación, no paraban de decirme que dejase de correr, pero no hacía caso y por eso me perdí. Gracias a que no paraba de llorar, me encontraron fácilmente y mi madre hasta me dio un nuevo tren de juguete para que pare de llorar. Por esto, nos teníamos que dar prisa, así que en el camino me caí varias veces. Ya llegamos, me subí por primera vez y me fui corriendo a mi asiento y seguía jugando con mi tren de juguete hasta que terminó el viaje de una forma especial: el tren al que tanto quería subir...descarriló.
    Juan Carlos Carranza Rodríguez 4A

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  33. OTRO DÍA, LA MISMA MIERDA

    Tras una borrascosa mañana, Itziar se dirigía de nuevo camino a la estación de Valencia, directa al andén n°35, de donde cada día a las 8:30 partía un tren hacia un pueblo llamado Central de la Comedia, donde residía su hermana, encarcelada desde hacía trece años por un supuesto atraco en el propio pueblo. Itziar se levantaba a las 6:30 de la mañana, preparaba el almuerzo y cena para su hermana Almudena, desayunaba a gran velocidad y a las 7:05 salía rumbo a la estación.
    Hacía ya doce años que le concedieron el permiso de visita a su hermana. Itziar movió cielo y tierra por crear una vía a tal pueblo. Fue gracias a Rodrigo, conductor de tren, que Itziar pudo y puede viajar hasta allí, como única pasajera.
    Pero tras estos doce años tan parametrados, aquella mañana, Itziar abrió el postigo de la puerta de Almudena, y encontró un mensaje en la pared rayada que decía: "Hoy no es día para que vivas lo mismo" , e Itziar cayó desplomado tras saber que su hermana, teniendo un trastorno único en el mundo, andaba suelta en plena Valencia, sin miedo alguno a lo que hacer.

    Jaime Guadix Carrillo 4°Ax

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  34. Segundos.
    A las 22.37 de la noche, vi a lo lejos cómo en cuestión de segundo iba a recordar cada momento de mi vida desde que abrí los ojos por primera vez hasta ahora, en este mismo instante, tirada en las vías por solo un único descuido tonto.
    Mi respiración se agita, mis sollozos empiezan a disminuir, hago el intento de gritar y que alguien me escuche. Pero me vengo abajo cuando recuerdo que en ésta estación a esta misma hora nunca hay nadie. Pensando que todo empezó desde que escuché mi alarma, me lavé la cara con agua fría, me puse mi camisa y mi falda gris para trabajar, salí a desayunar con mis compañeras y me fui directo a la oficina donde trabajo. Allí me quedé todo el día hasta terminar mi jornada, y cuando llegué a la estación solitaria sintiendo ese escalofrío, opté por ir a observar algo en la orilla: en un abrir y cerrar de ojos me vi en las vías con un dolor de cabeza impactante debido a la caída. Desde ese momento, supe que ya no hay vuelta atrás, vi mi vida de otra manera, me vi entre la muerte y la vida y pensando en mi última frase mientras cerraba mis ojos “vive cada día como si fuera el último, porque un día de estos lo será...”.
    Bianca A Freire Torres, 4°AX

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  35. EL TREN DE LOS RECUERDOS
    Me despierto, miro el reloj, son las nueve de la mañana. Como cada día, recuerdo que llego tarde a un sitio. Me preparo en tres minutos y salgo corriendo; de repente los veo: son mis amigos, esperándome. Pido perdón por llegar tarde, pero como siempre, me responden que no importa. Damos una vuelta por el pueblo, algo habitual. Pero, sin duda, algo ha cambiado. Las puertas de la estación están abiertas. Sugiero visitar el pueblo de al lado. Ellos dicen que será divertido. Compramos los billetes y nos subimos al tren, pero en el vagón estoy solo, confundido y asustado. Llego a mi destino, pero para mi sorpresa, vuelvo a estar en mi pueblo, esta vez con personas que no conozco pero me tratan de forma familiar. Sin embargo, no hay ni rastro de mis amigos. Vuelvo a la estación, está el tren, pero la puerta no se abre. Miro el billete y leo "solo ida". Le doy la vuelta y veo unas letras brillantes que dicen: "El tren del presente, no hay vuelta atrás"

    Adrián Nicolás López 4ºAx

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  36. EL VIAJE DE LA VIDA
    La vida es un viaje en tren , pasa todo muy ràpido y no te das cuenta. A veces pienso que no quiero que acabe este viaje en tren , pero a veces digo que ojalá terminara. En este trayecto en tren un día encontré a una persona que en cuanto la vi supe que me marcaría para toda la vida . Se llamaba Berta, es de esas personas que te enseñan y te aportan tanto que no quieres que se vayan . Era un día de verano en el que me disponía a dar una vuelta por la calle cuando de repente me choqué con ella , la persona que me iba a cambiar la vida. Después estuvimos hablando y me contó que iba al hospital porque tenía que hacerse unas pruebas para terminar de comprobar si por fin el cáncer se había marchado de su cuerpo. Me dijo que no sabía la suerte que tenía y , porque el cáncer le había hechoreflexionar y darse cuenta de que tenía que haber agradecido todo lo que tenía . Cuando salió del hospital le comunicaron que el cáncer había vuelto a su cuerpo, y desde ese día siempre le voy a visitar.

    María José Sanz González 4ºAx

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  37. Lo fatal
    Ahí vi a mi asesino, mientras me tiraba al vacío.
    Él me conoció con tan solo dos años; ahora teníamos veinte. Él me pidió salir a los diez.
    Para celebrar nuestro décimo aniversario, decidimos hacer un viaje en tren por Europa. Yo estaba nerviosa, no tenía un buen presentimiento. Él me solía calmar, leyéndome mi libro favorito.
    Subimos al tren. Todavía quedaban dos horas para la siguiente parada. Pasábamos por un largo puente a miles de pies del suelo. Tomamos asiento. Me levanté a comprar una tostada porque tenía hambre. En el restaurante estaba a tres vagones de diferencia de mi siento. Pagué la tostada y me choqué con un chico llevaba una capucha,enseguida lo reconocí, me agarró de la muñeca, me llevó al lugar donde se unen los trenes. Lo último que me dijo fue : tú eres la solución a mis problemas pero me empujó, me dijo que nos veríamos al final del trayecto.
    Paula Pérez Panalés 4ºAx

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  38. Escapando de mi triste realidad
    Es sábado son las 6:30 de la mañana, estaba saliendo el sol y yo iba a coger mi tren, el que me llevaría lejos de este maldito lugar, donde estuviera solo, un lugar vacío donde nadie me pudiera molestar, estaba ansioso por hacer mi vida lejos del mundo del que me rodeaba por empezar de nuevo, empezar solo sin ayuda de nadie, poder las cosas que me gusta y quiero. Ahí viene, escuché el claxon, no era el tren, era mi alarma, es martes y tengo que ir a clases. Sigo esperando el día en el que me pueda montar en un tren y me lleve a un lugar donde nadie me encuentre.

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  39. El adiós
    En realidad no sé cómo comenzó esta historia corta y rara. Un día normal me senté en un banco y al escuchar los ruidos de la cuidad, los gritos de las personas, solo quería irme allí lo más lejos posible para estar a solas. Decidí irme en un tren. En él, llegué a un parada sin pensarlo me bajé. El jugar era muy tranquilo, me alegré, pero la felicidad no duró mucho, me sentía muy solo. Ahora necesitaba pasar un rato con alguien y desahogarme. Volví a subir al tren pero decidí no bajar hasta la última parada por que ya era hora de ver a mis familiares, les echo mucho de menos. Hasta luego mundo bonito e cruel.

    Maksym Vilkhovetskyi 4B

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  40. Llegar a él

    Era 4 de abril por la mañana, cuando cojo aquel tren que me llevaría a ese lugar que tantos recuerdos me traía de él. Recuerdo verme sentada en aquel vagón, mirando por la ventana intentando calmar los nervios. Parecía una chica calmada, pero por dentro tenía mil emociones que estaban dando frutos, emociones que ni siquiera conocía.
    Por fin llegó a mi destino, me deja enfrente de ese lugar que no visitaba hace 17 años. Nada más bajar del tren donde podía mantener un equilibrio emocional, siento una abrumadora ola de recuerdos. Recuerdos que me llenan, que me hacen feliz.
    Por primera vez en tanto tiempo puedo volverlo a ver, puedo tocarlo de nuevo, puedo hablar de nuevo con él.
    Me pasé por todos los lugares con él, recordando nuestra gran historia, pero de lejos escucho el tren llegar, es horrible, ese sonidito, pi pi pi, Dios, no para de sonar, y para poder calmarlo tengo que levantarme, darle delete a la alarma y seguir durmiendo como si nada. Ahora puedo volver acostarme a dormir para seguir recordando otra vez.
    Natalia Campo Manzano 4B

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  41. El reloj marcaba las siete y media de la mañana. Ángela se preparó apresuradamente y se
    marchó, sabiendo con certeza que algo olvidaba. Se acercó a la estación, sacó el billete y
    comenzó una de las miles de aventuras de Ángela.
    Unos dormían, otros escuchaban música, mientras Ángela miraba constantemente el reloj, a
    pesar de que el tren iba a trescientos kilómetros por hora, pero para ella las horas se hacían
    interminables.
    En cuanto llegó, bajó del vagón y un sentimiento de tristeza le causaba en su interior. ¿Dónde
    estaba? –preguntaba Ángela. Se sentó en un banco y esperó. De repente, al otro lado del tren,
    una voz conocida escuchó. Ángela se detuvo unos instantes, estaba muy nerviosa. Unos
    minutos más tarde no había nadie. Pero, realmente ¿qué pasaba? Todo era muy extraño.
    Entonces sonó la alarma, el reloj marcaba las siete y media de la mañana.

    Claudia Paredes García, 4ºA

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  42. DECISIONES RÁPIDAS:
    De camino a Barcelona, sin saber muy bien para qué. Carla era una chica impulsiva, de ideas
    rápidas, y no pensaba mucho antes de tomar una decisión. Tras varios meses de peleas con su
    entorno, agobiada, decidió marcharse a una ciudad a empezar de cero. Sentada en el séptimo
    vagón del tren, escuchando su canción favorita y observando las hojas secas en el suelo desde
    la ventana, de repente su maleta se cayo del portaequipajes y, al abrirse, apareció una foto
    con su padre. Sintió algo por dentro, y en ese momento se dio cuenta de que no lo estaba
    haciendo bien.
    LUCÍA LAX 4A

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  43. EL REENCUENTRO

    Y de repente la vi. Habían pasado diez años desde que desapareció de mi vida , pero ahí estaba , a unos pocos metros de mi asiento en ese viejo tren. Parecía feliz y distraída al son de su música , pero no se percataba de mi presencia. Me empecé a desesperar. ¿Por qué no me miraba? Yo la habría mirado incluso estando ciego. ¿Qué había cambiado ? Ella había seguido con su vida , era muy feliz por ella. Pero , ¿ Por qué yo seguía estancado en el pasado ? De repente , algo pasó: me estaba mirando , mientras me sonreía dulcemente . Se va a sentar a mi lado , pero ... la verdad es que yo no estoy ahí , yo fui quien la abandoné . Ella lloró por mi muerte , lo ví . Ahora solo puedo desear que sea feliz .
    Lucía Caballero Morales 4º AX

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  44. EN EL EXTRANJERO
    Claudia López Morales 4ºA
    Marta tenía dieciocho años y acababa de terminar el instituto. Sus padres le habían regalado un viaje en tren por Europa. Era la primera vez que Marta salía de Inglaterra desde que se había mudado allí desde España, por el trabajo de su padre.
    Marta inició el viaje con cierto miedo, ya que había leído muchos libros de misterio en trenes. El viaje duraría un mes e iba a visitar las ciudades más importantes de Europa por lo que también estaba emocionada.
    Lo que realmente no sabía es que no tenía que tener miedo de los asesinatos, porque el segundo día del viaje el tren tuvo un accidente cayendo de un puente en el que ella y todos los pasajeros murieron.

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  45. FUGAZ
    El tres de abril a las seis de la tarde, te encontré en un recuerdo soñoliento. Te rocé con la mirada y tú me besaste con las manos. Mientras mis cabellos ondearon tu cuerpo, me meciste en el aire de plumas ligeras. Mis mejillas ardieron. Me saludaste. Y yo te sonreí con la mirada y caso tropiezo con las vías. Desde aquel día, trazar ese camino desde tu piel a la mía, no lo he vuelto a sentir. Pues resulta que entre nosotros quisieron le levantar un muro de contrariedades, de síes y noes, de verdades camufladas, de luces y sombras.
    Así que ahora, como todas las tardes, espero al tren de las seis menos cuarto. Veo los vagones pasar, algunos llenos y otros vacíos, y contengo la respiración hasta que oigo las sirenas sonar. Es en ese momento (a las seis de la tarde) que quiero congelar el tiempo, volver atrás y encontrarte de nuevo.

    Milashu López Cárceles 4°A

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  46. La Venganza

    Juan era un joven de 20 años, volvía a su casa tras una jornada de estudio en la biblioteca. Se encontraba agotado por lo que decidió que la ruta más fácil era tomar el tren hasta la estación más cercana a su casa. Al entrar al tren se percato de que estaba él solo junto a una señora de edad avanzada. Eran cerca de las 12 de la noche Juan estaba impaciente por llegar a su casa.
    Cuando dieron las 00:03 el tren se detuvo. Juan vio que la señora no se hallaba en el vagón, fue algo que le extraño, pero no le dio mucha importancia. Alas 00:33 el tren volvió a funcionar de golpe, pero esta vez aumentaba su velocidad continuamente hasta que descarriló. Al salir del tren, Juan se percato de que había estado desmayado durante 3 horas, no sabía dónde estaba y había una especie de cadera que bajaba pero una manera parecía que indefinida. La señora de avanzada edad era la madre de otro adolescente, el cual fue asesinado por Juan cuando realizó un atentado en París, y escapó a España con otra identidad.
    Andrei Alexandru Arcu

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  47. Ruben Noguera Inglés 4 a ESO


    Aquel tren de aquella húmeda y poblada calle el cielo nuboso y frío la gente esperaba ansiosa, quizás para recoger a alguien o para subir y llegar a determinado destino, mientras las personas que viajan por este vehículo encarrilado, se entretienen haciendo cualquier cosa como por ejemplo, escuchar música o hablar, pero hay un sentimiento inconfundible que no sé qué es ni cómo describirlo, cuando el tren llega el sentimiento desaparece y aparecen los nervios quizás. Aún no sé por qué es, quizás es el ansia por hacer lo que llevas tiempo esperando hacer. Pero cuando se va no vuelves a verlo ni a él, ni a las personas las vuelves a ver, ya no será el mismo el próximo tren.

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  48. MAL MOMENTO
    Manuel era un hombre extraño. Vivía solo, pues sus hijos se habían mudado al extranjero y su mujer años atrás. Hacía ya unos años que llevaba una vida solitaria, desde que dejó su trabajo como vigilante en el hospital.
    Prácticamente todos los días iba a la estación de tren de su pueblo, Alcalá de Henares. Se sentaba en un solitario banco frente a los andenes y observaba a la gente el ir y venir de los trenes. A veces lo acompañaba una vieja radio, peor la mayoría de veces simplemente perdía la mirada entre el trasiego de la estación. Casi todos los ignoraban, aunque otros charlaban con él. Había incluso quien le arrojaba alguna moneda.
    Una mañana, Manuel decidió subirse a un tren, a cualquiera. Sacó un billete para ir a Madrid y se subió a la máquina. Ir en tren era tal y como él había imaginado. Ya en las proximidades de la inmensa estación de Atocha, oyó gritos en algún vagón cercano al suyo seguidos de una explosión que arrasó con todo a su paso. Esos fueron los últimos momentos de Manuel

    Francisco José Manzanares Martínez 4º A

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  49. Un viaje con final

    Subo atravesando una ráfaga de luz, un poco aturdido tomo asiento cerca de la ventana, a mi lado se encuentran mis padres siempre regalándome sonrisas y protegiéndome de los baches que hay durante el camino.

    A través del cristal, los árboles cobran vida con la llegada de la primavera, los capullos de las flores salen hacia la luz formando un cuadro de colores. Vuelvo mi vista hacia delante y me encuentro a un niño sonriéndome con picardía, durante un inmenso tiempo creamos infinitas historias, pero al llegar el verano, mi compañero se fue a otro vagón, me dejó desolado y pasando por un oscuro túnel, al llegar al final ya es otoño. En ese momento conocí a mi único amor, sin embargo, el tiempo pasa rápido y su parada llegó, yo seguí mi viaje hasta que fue mi turno de bajar, al mirar a mi alrededor me di cuenta de que ya era invierno.

    Zihan Wang 4°B

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  50. CONEXIONES INESPERADAS
    Javi, 28 años, coge el tren como un día normal, se sube, se sienta y se pone a pensar en sus cosas. Pasa un rato y aparece una chica muy atractiva. Se fijan el uno del otro y comienzan a hablar como si se conociesen de toda la vida, como si hubiese algún tipo de conexión entre ellos. Van hablando y se dan cuenta de que se bajan en la misma parada, tiene la misma edad, rasgos parecidos, misma fecha de cumpleaños…
    A Javi previamente le habían dicho que tenía una hermana pero que vivía con su padre y a Laia le dijeron que tenía un hermano pero que vivía con su madre. Los dos, sorprendidos, se bajan de tren y mientras que cada uno llega a su destino se siguen haciendo preguntas hasta que descubren que son hermanos.
    Andrea Pérez Cayuelas 4ºc

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  51. Estaba yo,como cada lunes, preparándome por la mañana, con mi desayuno, tranquilo, ya que aunque a mí no me gusta llegar tarde, estas cosas me gusta tomármelas con calma.Terminé de desayunar y me fui camino al camino al instituto, no sin antes despedirme de mis padres y mi hermana que como de costumbre era la única despierta en casa aparte de mí.
    Cerré la puerta y bajé rápido las escaleras, ya que mi amigo me estaba esperando. Cuando llegué al sitio acordado nos saludamos como de costumbre y fuimos al instituto. Nos dimos un poco de prisa, ya que teníamos la excursión a Terra Mítica y habíamos quedado a las ocho y diez con Álvaro.
    Cuando llegamos se nos había hecho un poco tarde, por lo que decidimos subir por las escaleras de la pasarela sobre las vías del tren rápidamente; casualmente, esa mañana había bastante gente subiendo y bajando ya que los ascensores estaban estropeados, por lo que era difícil avanzar. Cuando por fin llegamos arriba, la pasarela empezó a oírse el traqueteo del tren y de repente la pasarela cedió y caímos encima del tren.
    Idrissa Diallo Diallo 4C

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  52. Mira el tren... Mira la vida

    Miró al cielo, buscando algo, tal vez alguien, solo vio el avión pasar. Pensando que era el mejor, más rápido, el que le haría llegar antes, se creyó la mentira de que él era mejor que coger un simple tren, lento, siempre en el suelo, que no va más alto y pasa por muchos sitios antes de llegar a tu destino.

    Se subió al avión sin saber que el tren es más limpio, no contamina tanto, tal vez no va tan rápido, pero puedes disfrutar del camino, ves los árboles, las ciudades por las que pasa, en ese tren pueden pasar muchas cosas, puedes ir a encontrar a alguien o encontrartelo en el camino. Ella solo se fijó en la parte exterior y cuando fue a por su tren... Ya se había ido, ya no va a volver, tendrá que esperar al siguiente, mientras espera, saca una libreta y empieza a escribir “miró al cielo, buscando algo, tal vez alguien...”


    GÉNESIS E. SÁNCHEZ SILES

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  53. Cuaderno de viaje

    Podía divisar desde el vagón la penumbra que rodeaba la ciudad a lo lejos. Llevábamos más de ocho horas de trayecto y yo seguía escribiendo en mi cuaderno de viaje. De vez en cuando la miraba a través del reflejo de la ventana; estaba recostada en el sillón de enfrente, agarrada al mismo libro de siempre. Tenía los ojos cerrados, pero no dormía. De vez en cuando se le escapaba una media sonrisa, seguramente provocada por algún recuerdo o pensamiento de añoranza. Esto provocaba en mí otra pequeña sonrisa de ternura. A veces cruzábamos miradas o jugábamos con los pies como niños pequeños, pero nunca hablábamos, no nos hacían falta las palabras. Yo seguía mirándola desde el reverbero cuando sonó el silbato del tren y comenzamos a frenar poco a poco hasta llegar a la parada. Su reflejo se perdió entre las personas que asomaban por la ventana del vagón; era la hora de despedirse. Al darme la vuelta, ella no estaba. Dejé de escribir y guardé su foto en mi cuaderno.

    Laura Mateo Fenoll 4ºC

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  54. RECUERDOS EN EL MOTOR
    Cada día nuevo, es un recuerdo para mí, y tú te preguntarás...¿Como que tienes cada día algo que recordar? Pues escucha, recuerdo muchos casos gracias a la gente que confía en mí, y que me dejan llevarles a un nuevo destino. Yo, que soy grande como un hombre guerrero con armaduras, siento cosas en mi interior, pero no sé dónde exactamente. Por ejemplo; siento cariño cuando me tratan bien y veo salir a la gente feliz, siento tristeza cuando trabajo por la noche y bajo la lluvia, ya que no es fácil. También, siento pocas veces un enfado cuando no me respetan y no hacen caso a las normas. Pero aun así, me encanta ayudar a las personas, y me siento el tren más feliz del planeta.

    Victoria Markin Harhura 4C

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  55. “LA ESTACION”
    El 14 de febrero, yo me encontraba en la estación de ferrocarril del Carmen. Iba justa de tiempo para coger un tren hacia Barcelona, en busca de aventuras. De repente me choque con un chivo que también llevaba prisa, me tiro la maleta del golpe que nos dimos, pero la recogí y llegue al tren justo antes de que se fuera. Ya en el tren, estaba buscando un sitio para dejar mi maleta en el portaequipaje. Yo no lo reconocí hasta mas tarde, pero el sí me reconoció. Solo me quedaban seis horas allí metida antes de llegar. Me senté al lado del chico misterioso y empecé a hablar con él, resulto que era de Barcelona y había venido a Murcia por problemas familiares, estuvimos hablando y hablando y las horas se pasaron volando. Hicimos planes de que me enseñaría Barcelona. Fue un giro inesperado la conexión que conseguimos, justo llegando a Madrid, el tren se descarrilo y provoco un accidente. Antes de este momento el chico me pidió que le cambiara el sitio que él prefería la ventana. En el accidente pocos sobrevivieron todos los pasajeros de las ventanas fallecieron. Fue tanta la conexión que arriesgo su vida por mí
    JUANA MARIA 4Ax

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  56. EL TREN MALIGNO
    Un día en el tren había una persona muy nerviosa, decía que todo el mundo se tenía que bajar porque si no todo los pasajeros morirán.
    Los pasajeros nos asustamos mucho, porque no sabíamos nada y no nos dejaban bajar del tren. Así que todos los pasajeros decidimos hacer un motín y tiramos por las puertas del tren en marcha a los conductores y trabajadores del tren. Al momento decidimos parar el tren de inmediato porque ya sabíamos qué iba a pasar: se iba a acabar la vía e íbamos a morir todos por la caída.Pero no se paraba el tren y no sabíamos por qué no se paraba.Entonces vino el hombre que decía que íbamos a morir y se tiró en marcha, cogió el tren con una mano y paró el tren de inmediato.Lo celebramos en una casa que había al lado de la vía y nos quedamos de okupas.

    Pablo Romero Casas
    4 ESO C

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  57. Mónica era una chica de 20 años.Estudiaba en Barcelona y para ello siempre cogía el Ave.Cada vez que subía al tren se cruzaba con el mismo chico y se cruzaban miradas .Ninguno se atrevía a hablar,Mónica era una chica tímida y el chico,moreno de ojos verdes parecia tambien serlo.Al cabo de unos meses,seguían sin hablar uno con el otro.Una mañana, ella se levantó muy ilusionada y con ilusión de conocerle aunque solo fuera su nombre . Cuando llegó a la estación, subió al tren y le guardó un asiento a su lado para que se sentara. Pero el chico seguía sin aparecer, cuando llegaron a la estación, el chico no entró y nunca lo volvió a ver.
    Inés Bensoltane Messalti 3ºB.X

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  58. Hola, soy Steph, un viejo tren. Yo diría que mi vida es bastante normal. Todos los días varios pasajeros suben y bajan de mí, de todas las edades. He viajado muchísimo y he visto de todo, desde Galicia hasta Cádiz. Lo único que ha cambiado con los años, a parte de mis viejas ruedas, ha sido el paisaje de fuera. Me acuerdo de otros tiempos, en los que pasaba por praderas verdes, llenas de vida. Ahora, en cambio, el cielo está más gris, los árboles desaparecen y las plantas envejecen. Los animales que solía ver, cada vez son menos. Las personas que se montan llevan mascarillas. Alguna vez he escuchado a los pasajeros hablar sobre esto, sobre el calentamiento global o algo así. Me entristece escuchar que el mundo ha cambiado de esta manera. Pero, según he oído, aún hay esperanza. Ya hay personas intentando hacer un cambio. Dentro de poco me van a reemplazar por un tren eléctrico. La verdad, estoy asustado de lo que me podrá pasar, pero también contento de haber colaborado de alguna manera. Si algún día me ponen sobre raíles de nuevo, espero ver el mundo verde, como antes lo era.

    AMELIE 2Bx

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  59. UN DESTINO SIN MIEDOS

    Un día se encontraba un tren en medio de la vía, debido a que otro tren lo había hecho descarrilar en el intento de encarrilar sus ruedas y llegar a su destino. Este lo vio imposible pues al pasar un tercer tren por su lado este le dijo que nunca llegaría al destino que había previsto.
    El tren descarrilado comenzó a hacer impulso y dando marcha atrás consiguió levantar sus vagones poco a poco. Cuando por fin logró encarrilar sus ruedas, el tren se prometió a sí mismo que ningún otro tren volvería a hacerle descarrilar jamás y pudo continuar sin miedos hasta su destino.

    Laura López López 1C bachiller

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  60. El tren que llegará

    A veces miro y encuentro una vía a lo lejos sin tren. Ese tren es el camino hacia mi libertad, pero yo quiero que llegue a mi vida ya, y así empieza mi camino:
    Hoy intentare hablar con alguien que no conozca.
    Yo: ¿Con quién hablo? (mira a alguien) ¡ese!
    Yo: Hola ¿Me puede decir dónde se encuentra la biblioteca?
    Desconocido: Vale, ¿ves ese edificio entra en la cantina después gira a tu izquierda…
    (Mientras que el chico habla) Yo: ¡Qué nerviosa estoy, se podría decir que casi me tiemblan las piernas!
    Desconocido: ……. Y ya estarías en la biblioteca.
    Yo: Muchas gracias.
    Desconocido: No hay de qué.
    Yo: Lo hice, pero todavía me siento incomoda al hablar con otras personas. Ha sido muy raro. Tendré que practicar con mi Sara.
    Más tarde
    Yo: Sara, necesito tu ayuda para practicar contra mi timidez.
    Sara: No entiendes que ya eres lo suficiente valiente para entender que no eres tan tímida como crees.
    Yo: Entonces, ¿lo que necesitaba era que me abrieran los ojos?
    Sara: Sí, solo que no lo sabias.
    Yo: Gracias, ya puedo ver el tren por fin llega a buscarme a mí. Ya podré irme feliz.
    Fin


    Alba Saura Avilés 1ºA

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  61. LIMBO

    Tras un tiempo en la cola alcancé a ver dos majestuosos trenes.Uno de ellos, sucio y chirriante, transportaba personas tristes y agresivas hacia la izquierda. El otro se movía dulcemente hacia la derecha acompañado de una armoniosa música, sus pasajeros sonreían y se divertían. Eran tan distintos como el cielo y el infierno.
    Cada vez me fui acercando más a los trenes y pude apreciar a dos hombres en las puertas, parecía que seleccionaban en que tren subía cada persona. Cuanto más cerca estaba más curiosidad tenía por todo aquello. Cuando fui la primera en la fila los hombres me pararon en seco.

    -Tú no puedes subir, todavía...- Instantes después divisé una luz y desperté en una camilla de hospital. Una gran duda se aporedó de mí: ¿qué tren habría sido el mío?

    Carla I. García Breijo 2bx

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  62. Bendito tren.

    Te observo en silencio desde el otro vagón, sin el valor suficiente para preguntar tu nombre. Te sientas enfrente sin que puedas ver cómo mis pupilas se inundan. Noto tu mirada perforando en mi interior, tan intensa que quema. Te miro y aparto la vista, sintiendo cómo me hago pequeña y mi cuerpo tiembla.
    Pasan los días y entre tú y yo solo existe el silencio. No sé cómo ni por qué, pero mis labios pronuncian tu nombre tartamudeando.Cierro los ojos pensando en la vergüenza que debo dar. Todo alrededor se detiene cuando te acercas y dices que todas las mañanas rechazas el directo y eliges este tren. Bendito tren, es lo que pienso cuando te acercas y besas mis labios, diciendo que me quieres. Y con toda la intención del mundo, te doy el más profundo suspiro de mi corazón.

    Alba Medina Ferre 4ºCx

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  63. SEVILLA
    Hola, soy Mariano, tengo 17 años y vivo en un pueblo de Sevilla alejado de la ciudad.
    Todos los días, después de clase, me gusta dar un paseo con Fredy, mi perro, por el monte que está cerca de mi casa, hasta llegar a un pequeño riachuelo muy bonito de ver. Llevo haciendo esto tres años, desde que mi padre me llevó en mi cumpleaños.
    Tiempo después, al volver de clase, fui a por Fredy y como siempre me dirigí hacia el monte, y ahí es donde me quedé realmente impactado. No me lo podía creer, no sabía que podía hacer, había gente en medio del Monte cortándolo por la mitad pare que un tren pudiera pasar. Decidí volver a mi casa y pensar qué podía hacer. Esperé con paciencia a que terminarán de poner las vías para ir y destruirlas e intentar reconstruir el monte de alguna manera. Por desgracia me pillaron haciéndolo y ahora estoy aquí, escribiendo esto, desde el calabozo.
    Ivaylo Ivo Ivaylov 4CX

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  64. Un abuelo muy sabio le dijo un día a su nieto de diez años que las oportunidades de la vida son como el tren que pasaba al lado de su casa. Si te subes a él puedes vivir grandes experiencias por muy difíciles o complicadas que sean de conseguir. En cambio, si dejas pasar el tren y no te subes a él, te perderás grandes aventuras que nos aporta la vida en la que vivimos.
    El niño, asombrado de las palabras de su abuelo, le dijo con mucho entusiasmo: “Yo me quiero subir a ese tren tan espectacular abuelo”. El abuelo con una sonrisa le dijo: “Pero te tendrás que esforzar mucho para que se haga realidad”.
    Javier Ibáñez Rufete 2ºBx

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  65. El último tren.


    Sale el ultimo tren de la estación, debido a la despoblación. Hoy se cierra la estación para no volverla a abrir. Aquel pueblo poco a poco quedará vacío, esa estación donde di mi primer beso, donde marché de casa a la ciudad para estudiar donde todos dijimos adiós buscando un futuro mejor; Aquella estación, la cual era nuestro punto de reunión, el centro del pueblo, a muerto y no parece que vaya a revivir. Me empiezo a plantear que esto sí que va en serio, tienen a mis padres, mis vecinos, y amigos bajo mínimos. Me da mucha impotencia, nadie me facilita nada para combatir esto. ¿Qué puedo hacer?.
    Me parte el alma pensar en ello, pero no puedo evitar no hacer nada, ¿qué será lo próximo, el colegio, la tienda o tal vez el consultorio? Está claro que en este país sólo prima lo económico. Tal vez nos lo quitarán todo, menos nuestra voz pero mientras a nosotros nos quede el más mínimo aliento no nos cruzaremos de brazos.
    Hoy ya han pasado cinco años desde que escribí esto, ya han cerrado todo de lo que os hablé no, quedán más de 300 vecinos el más joven tiene 46 años.
    Siguen sin darnos soluciones, Ayer varios centenares de compañeros del mundo rural consternados salimos a manifestarnos por todo el país y hoy escribo esto desde el hospital con el brazo roto y una brecha en la cabeza.

    Miguel López Albaladejo
    4ºC

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  66. Corría el año 2045 y una niña le pregunta a su madre: ¿Mamá, echas de menos a los abuelos? La madre responde: ¿Te acuerdas del parque en el que jugabas cerca de la estación cuando eras más pequeña? Sí. ¿Y de aquella noche que te pusiste malita y fuimos al centro de salud del infante, y el médico te dijo que no era nada solo que habías crecido un centímetro más? Sí. ¿Y de esta mañana al ir al colegio? Claro que sí. ¿Y recuerdas haber tenido que esperar a que pasase el tren? No mamá el tren va soterrado. Pues cada vez que paso por aquel parque, o voy al centro de salud, o te recojo del colegio, me quedo unos segundos en silencio, y pienso: gracias papá y mamá, gracias Joaquín Contreras, gracias abuela del soterramiento, por ser mis heroínas. Gracias a todas las vecinas que luchasteis. Gracias por vuestra lucha por unos barrios dignos, donde mis hijos crecen en libertad de movimiento.
    La niña miró a su madre que tenía los ojos llorosos y cogiéndola de la mano le respondió: Cada vez que pase por la plaza del Soterramiento miraré al cielo y recordaré a los abuelos.
    Daniel Zaragoza Guirao 4ºCx

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  67. Pablo Fresneda Salazar12 de febrero de 2020, 12:25

    MICROCUENTO
    EL PRIMER RECUERDO

    El primer recuerdo del que tengo constancia es mi madre subiendo a un tren. Aquel día no era un día normal, me desperté con la garganta seca, con un sentimiento de que algo no iba bien. Mi padre, mi madre y yo llegamos a la estación de tren. Extrañamente, no había casi nadie en la estación. Normalmente había una gran multitud de gente, se escuchaban los silbidos de los trenes a punto de partir, pero aquel día solo se escuchaba la suave brisa de una mañana fría y nublada, de vez en cuando se podían divisar algunos rayos de luz entre las grises nubes de un día triste y soñolienta. De repente, entre todo el silencio se escuchó el silbido de un tren. Al fondo se podía divisar la luz del tren cada vez mas cerca. Aquel tren no parecía normal, era un tanto raro y algo siniestro. No sé por qué al irse mi madre tenia los ojos brillantes, como si acabase de romper a llorar; mi padre estaba igual, rompiendo a llorar. Lentamente se cerraron las puertas de aquel tren. Y aquella fue la última vez que vi a mi madre.
    Pablo Fresneda Salazar 4Cx

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  68. Todo comenzó en un vagón de tren.
    Candela iba a una entrevista de trabajo muy importante en Madrid y juró y perjuró que por nada en el mundo se la perdería. A su lado, Andrés, aislado de lo que ocurría a su alrededor, con su música, iba de viaje a un hotel para relajarse. Candela, con su móvil, pasaba las horas hasta que pasó lo que era obvio, se quedó sin batería. Andrés se percató de lo sucedido y le prestó su cargador. Ella se quedó asombrada ya qué pensaba que no existían hombres tan caballerosos como Andrés. A partir de ese momento los dos se desconectaron del teléfono y charlaron. Ella le comentó la importancia de su entrevista, lo importante que era. Estaban muy cómodos hasta que escucharon de fondo la voz metálica del aviso de las paradas, estaban en Atocha. Los dos se dieron cuenta de que el momento de la despedida había llegado. Se despidieron y Candela estaba saliendo del tren cuando de repente se giró y se dijo a sí misma: este tren pasa solo una vez en la vida y no lo voy a dejar pasar.
    José Conesa 2°B

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  69. Hasta que despierto.

    Martes 17 de mayo 19:54h, Estaciò del Nord, Valencia. Ha sido un viaje agotador. Aún tengo que andar unos pocos kilómetros hasta llegar a mi apartamento, pero ante todo me paro a reflexionar. Reconozco que el aire que inhalan mis pulmones es puro, todo a mi alrededor va acorde a la naturaleza y los jardines están repletos del gorjeo de los pájaros como si de un canto celestial se tratara. Decido alargar este momento memorable sentándome sobre un banco que se encuentra en mi camino. Entonces, cierro los ojos durante unos modestos minutos hasta que un ruido inoportuno me hace sobresaltar. Ajetreada, abro los ojos, mi figura cambia por completo. ¡Otra vez! – grito en mi subconsciente. Vuelvo a estar sentada en el tren dirección Logroño. Nada ha cambiado, el vagón sigue contaminado por botellas de plástico, chicles pegados a la moqueta polvorienta, decenas de colillas tiradas por el suelo a desgana… Con esperanzas miro hacia la ventanilla, pero el cielo evidencia un color gris abrumador. Tan solo he vuelto a la realidad.

    Salomé Sánchez 1ºC

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  70. Microrrelato: “El tren como metáfora del viaje de la vida o inspiración metafísica”
    María no había conseguido pegar ojo en toda la noche ya que tenía al día siguiente un viaje en tren muy especial.
    A mediodía, tras haberse arreglado y haber preparado sus maletas, María por fin había conseguido salir de su casa. Debido al tráfico habitual en su ciudad y a que iba con tiempo, prefirió ir andando hasta la estación. Por el camino, se acordó de la primera vez que se subió a un tren y se encontró con sus padres, con los que pasó todos los días de su tierna infancia. Teniendo esa idea en mente, se puso a reflexionar sobre toda la gente que ha llegado a conocer a lo largo de toda su vida. Algunas de esas personas dejaron un permanente vacío que nada ni nadie volverá a llenar; otras pasaron desapercibidas y no dejaron huella ni rastro, tal y como vinieron de manera repentina, se fueron; pero unas pocas sí ocuparon su asiento y sí que permanecieron a su lado a pesar de todo. Esas pocas personas eran en las que María si podía confiar y a las que podía agradecer haber compartido un viaje a su lado.
    Diana Halashyn 1ºC

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  71. Yuan Shu Gómez Buendía 1ºCBach


    Sentada junto a la ventanilla de un vagón de mi tren miro sin verlo el empañado paisaje. En la otra esquina, se halla un chico cabizbajo, con aire de pocos amigos. No parece ser de esos que hablan mucho, entonces yo me dedico a hacer lo mismo: estar callada. Los paisajes son desolados, el viaje eterno y aburrido. No tengo a nadie con quien conversar, ni nada con qué matar el tiempo. Frente a mi ventana se escapa otro tren paralelo al mío. Está abarrotado de personas de todas las edades. Capto con amargura sus risas, sus charlas, su vida. Siento envidia y cansancio. ¿Acaso me equivoqué de tren?


    Mi viaje se me hace más y más insoportable, detrás de la ventanilla desfilan cielos nublados, paisajes desolados, espesas nieblas. Pego la frente al cristal intentando alcanzar con la mirada la línea helada de los raíles, traspasar el vidrio, fundirme en el ruido, la velocidad y el tiempo.. abandonar el viaje.

    El chico me ofrece un refresco. Se llama Ismael, venía de muy lejos y se había sentido muy cansado. Le esperaba una ciudad desconocida donde esperaba hacer nuevos amigos. Le ilusionaba el viaje y me contagió. ¡Un inesperado cambio de vía!

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  72. Tren maldito

    Todo empezó con pequeñas manifestaciones en las que vecinos del barrio de Santiago el Mayor asistían por el derecho a un paso a nivel digno. Las manifestaciones no paraban, aunque sin ningún altercado. La gente se daba cuenta de que las obras terminarían y entonces decidieron acampar cerca de las vías. Yo pasaba cada día por aquella nueva pasarela en la que veía el tren impasible y siguiendo su curso como si nada tuviera que ver con él. Eso también lo veían los vecinos y les daba rabia que no pudiera ser todo como antes. Un día decidieron boicotear la pasarela durante la madrugada, pero se arrepintieron y simplemente decidieron causar destrozos en el tren. Yo,como cada noche, salí a pasear y los vi entrar al tren. Intenté detenerlos porque estaba maldito, pero finalmente se montaron a la vez que se cerraban sus puertas y un conductor fantasma arrancó. Entre gritos de desesperación y miedo, el tren se perdió en el horizonte y no se supo más de ellos.
    MELVYN 4ºC

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  73. Desperté rápida, sin sueño y con un presentimiento de que algo malo iba a pasar hoy. No sé si es porque estaba nerviosa del viaje o porque había dormido poco, pero tenía un ardor en el pecho que no era normal. Cada uno cogió sus cosas, las metimos en el coche y salimos rumbo hacia el lugar de mi infancia.
    Mi padre estaba pendiente a la carretera, mi madre maquillándose como lo hace habitualmente , y mi hermano pequeño viendo vídeos en el móvil. Y yo no podía hacer nada, estaba pensando en lo que me pasó esta mañana y no podía pensar en nada más. Se lo intenté contar a mis padres, pero hacían como si me escuchaban y mi hermano directamente pasaba de mí. Yo no paraba de mirar por la ventana y no pasaba nada, pasaron horas y nada, de repente miré a lo lejos y vi cómo un tren explotó.
    LUCÍA SAURA LOZANO

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  74. Habia una vez un chico llamado Paul.Era un chico simpático,amable y no le gusta demostrar a
    la gente que está triste. Tenia unos 14 años de edad y casi siempre iba a la vía del tren y no se
    sentaba en la estación con las personas, sino que se sentaba alejado de la estación de tren,
    encima de las piedras y ahí se desahoga y cuenta todo lo que tiene en la vía de tren. Hasta que
    un día vio pasar a una joven chica de su edad pasando en el tren y Paul persiguió el tren hasta
    llegar a la estación .La chica bajó del tren y estaba sola, sin familiares ni amigos. Paul llamó a la
    chica y hablaron mucho tiempo. Al final se llevaron bien Paul y Laura. La chica que era muy
    bella, cada uno se fue a su hogar y desde ese día ya no era lo mismo, sintieron como una
    emoción de amor. Días después hablaron por el móvil, quedaron, salieron y sobretodo se
    divirtieron, y al final se volvieron novios. Además, Paul ya no estaba tan preocupado como lo
    era y Paul nunca olvidará ese tren y esa zona.
    SALAH EDDINE

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  75. Travesia

    Una mañana de verano, por el mes de agosto, yo me encontraba aburrido en mi casa. Decidí ir a la estación del tren, para coger un tren que me llevase a otra ciudad lejana para ver si en el viaje se me quita el aburrimiento, y aprovecho para visitar esa ciudad llamada Madrid. El tren me dejó en el centro y decidí ir al Museo del arte. Allí disfruté de todo lo que había, Después decidí ir a un parque que se encontraba a cinco minutos del museo. Allí estuvo durante horas y al final volví a casa en el tren de las diez de la noche.

    Alberto Martínez Olivares

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  76. Un día descarrilado

    No sé que ha pasado, me duele todo y no siento nada. La gente me mira pero no me ve. Solo recuerdo pasar por las vías como cada mañana con mi mochila roja que tanto me gusta, pero ahora no tengo nada.
    La gente se preocupa por mí, cómo es posible que todos me miren con tanta tristeza. Veo cómo el tren se aleja llegando a su destino.
    Llego tarde a clase y a nadie le importa. Mi madre ha venido y también está triste. Le pregunto qué le pasa, pero me ignora. Nadie me hace caso a pesar de ser el centro de atención, creo que ya sé lo que ha pasado, pero no lo quiero admitir. Ahora estoy bien mis abuelos están a mi lado y hacía mucho tiempo que no los veía. Me quedaré aquí por un tiempo.

    Alberto Corbalán Moreno 4C

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  77. VIVIR DORMIDA
    Algunas personas tras tener un accidente se quedan en colapso.
    La niña que conocí lleva desde los 3 años dormida . Han pasado 12 años tras el accidente de aquel tren . Ella lleva dormida mucho tiempo .
    Los sueños que tiene son reales para ella , es decir , cuando nosotros estamos dormidos nuestro subconsciente crea lugares , personas que realmente no existen , luego despertamos y volvemos a la realidad , vemos que solo fue un sueño .
    Mi duda es : Si desde que tiene conciencia está dormida , soñando todo lo que ocurre en sus sueños para ella es real , ya que no se despierta , está subida a un tren ficticio.
    En ese sueño profundo hasta habrá creado una familia cuando en la vida real tiene al lado a su familia , esperando a que despierte . ¿Qué sucederá cuando ella despierte ?¿Se sentirá engañada?

    CINTHYA CAMPÓ CONTRERAS 4 C

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  78. VIDA EXPRESS
    Sandra Fernández Serrano 4ºCx
    Aquí sigo. Después de quince años, continúo en este viaje de desconocida duración denominado vida. Sin embargo, todos los trenes terminan en un mismo destino y nos bajamos en la misma parada, por lo que debemos asumir que el trayecto es lo esencial. El tren nos hace contemplar unas maravillosas vistas del paisaje, nos hace cruzarnos con otros trenes que se vuelven inolvidables e incluso muchas veces podemos llegar a sentir que estamos a punto de descarrilar. No obstante, también debemos afrontar los obstáculos y cimas que encontramos a nuestro paso, momentos en los que nadie te pregunta si verdaderamente deseas seguir esa ruta, una ruta definida nada más salir de nuestra pequeña y propia estación. Simplemente se conforman con llegar a la meta, cuando gran parte de las veces es más satisfactorio disfrutar del recorrido que del resultado final. Cuando alguien se encuentra en este mismo lugar y convive con este sufrimiento, duda de sí mismo, de cuál es el motor que lo impulsa a seguir "viviendo", porque por muchos raíles y kilómetros que haya por delante, las ruedas se cansan después de dar tanta vuelta sobre ellas mismas.

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  79. UNA NOCHE DE TREN
    Una noche en el tren con destino a Madrid donde había muy pocos pasajeros, los cuales ninguno se conocían de nada. Alberto, uno de los pasajeros, comenzó a sentirse mareado, a sudarle las manos, decidió ir al baño para echarse agua. Entró al baño y notó un olor extraño, miró hacia atrás y se encontró una chica tirada en el suelo, él paralizado se desmayó. Al poco tiempo, Rubén, otro pasajero del tren se dio cuenta que el pasajero no había vuelto del baño todavía, así que fue al baño y tocó la puerta dos veces, pero nadie le contestaba, cuando entró vio a la chica y al otro pasajero en el suelo llamaron corriendo a la ambulancia y se dieron cuenta que la chica no estaba muerta, el que murió fue Alberto de un infarto. ¿Verdad que las apariencias engañan?


    NOELIA GARCÍA ROMERO 1ºB BACH

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  80. EL TREN DE LA ESPERANZA
    Aquella tarde Susana fue consciente de que un trasplante de corazón era la última opción que le quedaba. Había hecho todo lo posible para que este momento no tuviera este desenlace, sin embargo la noticia de la inauguración del tren de la esperanza hizo despertar un último deseo en su interior.
    El tren tiene como función despertar las últimas emociones en aquellas personas cuya esperanza de vida es mínima, y con mucha suerte Susana pudo obtener uno de los asientos de ese tren. El destino elegido por Susana fue Asturias, dónde vivía su hermano menor al que hace años no visitaba. Fue un viaje lleno de emociones debido a que su hermano desconocía la llegada de Susana.
    Cuando el tren llegó a Asturias, Susana tenía unos nervios en el cuerpo que nunca había sentido. Esa misma tarde tuvo lugar la operación, la cuál fue un auténtico éxito. Una vez que despertó, Juan supo toda la verdad cuando el médico le entregó una carta a nombre de Susana, la cuál decía:
    Querido hermanito se que ahora mismo no entiendes nada, siento no haber podido estar en este momento tan importante para ti, siempre me llevarás en tu interior, te quiero.
    Susana.

    Adrián Ávila Mármol 1BACH. B

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  81. Miraba por la ventanilla del tren. Estaba leyendo Indomable, un libro de la máquina de la estación. Aparté la mirada del libro durante un instante, miré a mi alrededor, y allí le vi. Tenía el rostro claro y el pelo moreno. Se dio cuenta de que le miraba y, sonrojado, aparté la vista lo más rápido que pude. Volví a mirar y supe que ella me miraba a mi. Me atraía demasiado y algo me decía que yo a ella también. Después de media hora de viaje bajé en mi parada. Ella bajó detrás de mi y me dijo al oído: espero volver a verte. En ese momento supe que aquella historia no acabaría ahí…
    JOSE ANTONIO ANDREU JORQUERA 1BACH B

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  82. Hace 2 años me encontraba en la nueva cárcel que se había construido en el instituto Mariano Baquero Goyanes en el cual yo estudie las cosas habían cambiado mucho todo era negro, habían vayas de 3 metros alrededor de todo y atalayas en todas las esquinas, una noche escuche que un grupo de presos estaban maquinando un plan para escaparse de allí y yo me apunte. Unos se encargaban de las sabanas para fabricar la cuerda y yo de las llaves de la atalaya mas cercana a las vías por la cual decidimos escapar. La noche había llegado y habíamos quedado todos en la puerta de la atalaya después de la cena para ello uno de nosotros tuvo que provocar un cortocircuito para que se fuesen las luces y así fue todos conseguimos bajar por esa cuerda y llegar hasta las vías donde un tren nos esperaba para llevarnos lejos. Hoy me sigo preguntando si lo que hice estuvo bien o no ahora no puedo ver ni llamar a mi familia, mi cara esta por todos lados realmente no sé porque lo hice y esa es mi historia la historia de como un guardia se convierte en un fugitivo.
    Eduardo Botías Aibar 1º Bach B

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  83. El gran tren


    Era se una vez, en una ciudad llamada No muy lejano nació un hombre malvado . Él lo que quería era ; poder , dinero... Un día hablando con sus empleados decidieron hacer una vía del tren que pasará por su ciudad.

    La empresa iba bien hasta que los barrios de cada lado de la vía se hartaron y se iniciaron grandes manifestaciones. La empresa se negó a cerrar las vías , y en poco tiempo hicieron una pasarela con dos escaleras ( no dos peldaños ) a cada lado y dos ascensores. Pero a la gente no le gustaba . Lo que las personas querían era que hicieran una vía aérea o subterránea. Así que ese empresario tan irrespetuoso se hartó e hizo eso .Dos años después pusieron las vías bajo tierra y a los trenes aéreos les añadieron propulsores , y asi es como el tren no volvió a molestar a los vecinos


    Salvador López Ortiz 1A ESO

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  84. Soledad
    Llega el momento en el que estás cansada, donde crees que ya has tenido suficiente, que has aprovechado el tiempo, pero realmente no fue así. Donde antes era todo paz, ahora hay oscuridad. Y piensas, ¿qué sentiré cuando baje del tren?, ¿nostalgia?, ¿alivio?, ¿temor? Bajar del tren significa olvidar todo lo vivido, ¿de verdad quiero eso? Quiero sentirme libre, aquí me siento ahogada, hundida, siempre en el mismo tren sin fin. Todo esto es tan pesado, me siento tan incomprendida. Necesito que este viaje haya valido la pena, que lo que he vivido deje huella.
    Soy egoísta, quiero que se acabe el viaje de mi vida, pero quién querría continuar si todas las personas a las que quieres ya se bajaron del tren, y te han dejado sola. Porque así me sentía yo, sola, y en estos momentos no era mi mejor compañía.
    Nerea Jiménez Requiel 4ºB

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  85. El peor día de mi vida
    Yo estaba en la universidad. Le pedí los apuntes a una chica que se llamaba Eva. Era castañas con ojos azules, de estatura alta, y siempre vestía con falda.
    Al año siguiente fui a la recepción de la universidad para preguntar por ella y devolverle sus apuntes.La recepcionista me dejó muy impactada al decirme que esta chica había muerto hace tiempo.
    Mi tercer día de trabajo como profesora de lengua en un instituto, me disponía a coger el tren, cuando de repente vi a una chica alta con falda que me recordó a Eva. Decidí perseguirla por todo el tren hasta dar con ella.Le día un toquecito en la espalda, se giró hacia mí y efectivamente estaba en lo cierto, era ella. Me atreví a preguntarle si estaba muerta. Eva cambió de la cara, puso los ojos en blanco y me gritó:¡Sí!
    Mercedes García Ortiz 4°A

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  86. LAS ESTACIONES PERSONALES
    El tren de la vida es un tren que conduces tú y solamente tú, pero hay personas que te ayudan a no desviarte. Suele pasar por cuatro ciudades: primavera, verano, otoño e invierno. Y suele pasar por muchas más estaciones: enfermedades, amor, alegría, tristeza, furia, nostalgia, miedo, compasión, asco, rebeldía, estupor, terror, agotamiento, hastío, soledad, fascinación, sueños, etc…
    Por desgracia, hay gente que termina en el carril de las drogas, unos descarrilan, otros siguen en la misma vía, pero por suerte otros muchos consiguen desviarse hacia el buen camino. Al final todos acabamos en el mismo sitio: el desguace.

    JOSE ANTONIO GONZÁLEZ LÓPEZ 2º B

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  87. Era una mañana soleada en la que yo me despertaba justo debajo de mi ventana, entraba la luz brillante del sol, pero escuchaba los terribles ruidos del tren.Habíamos luchado tanto para poder soterrar nuestro tren y estábamos listos para eso. Estábamos deseando que la obra estuviera terminada y para poder andar con calma.Yo había quedado con una amiga para ir a cenar a un restaurante, justo ahí, digámoslo así, conocí al amor de mi vida,nuestras miradas se cruzaron. Cuándo terminamos la cena me acerqué a pagar y me dijeron que ya estaba pagada por un chico alto,moreno y musculoso. Me dí cuenta de que había un papelito que decía:"Espérame. Yo tan intrigada, me acerqué hacia la puerta de salida del restaurante y allí estaba el, solo me miraba y ahí surgió.... El amor de mi vida llamaba a mi puerta...
    Ainhoa Tornel García 2BX

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  88. MI VIDA EN UN TREN
    Miré a un lado, miré a otro y no había nadie, el vagón estaba vacío. Fui al vagón siguiente y vi a una niña pequeña jugando con una muñeca, una igual a la que yo tenía; me acerqué a la niña y al mirarla a la cara vi mis ojos, mi nariz, mis labios, incluso el lunar que tengo en la parte superior derecha de mi boca, era yo de niña, la pequeña tenía una placa en el bolsillo de la camisa, “Charlotte, 5 años”. Me dirigí al siguiente vagón, estaba vacío, fui al siguiente y allí había una mujer de espaldas con el pelo castaño como yo, al darse la vuelta ella también tenía una placa, “Charlotte, 36 años”, era yo de adulta; en el siguiente vagón se encontraba una anciana con otra placa, “Charlotte, 73 años”. Fui corriendo al vagón donde me encontraba al principio y vi algo espantoso, mi cuerpo de 13 años tendido en el suelo con un disparo en la cabeza. Supe que en ese espantoso tren pasó mi vida ante mis ojos.

    Lucía Ruiz Hellín 2ºBx

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  89. Y me desperté de 4 horas de siesta sin ganas de levantarme de la cama, con un nudo en la garganta sin saber qué decir, me había quedado durmiendo llorando tan poco a poco que ni cuenta me dí. Lo único que pensé fue que la vida es como un viaje, como un viaje en tren, que por muy difícil que parezca y muy oscuro, al final siempre hay un destello de luz, que indica la salida de esas malas rachas, que llorar y estar mal nada iba a solucionar. Porque esa amistad era como una amistad imposible, porque cada intento por estar juntos era como una gota de agua fría en un vivo incendio. Cuando conseguí volver a la realidad, abrí los ojos, miré el móvil y tenía un mensaje suyo, que ponía:"nos vemos a las 8h en el tren, en la estación del Carmen". Justo ahí nos habiamos conocido, ¿que querría?
    María López Mateo 2ºBx

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  90. Cuando nació, siguió el trayecto marcado en mapa por sus padres. Creció conociendo esos raíles, asimilando cada tramo y recorriéndolos diariamente. Siguió la velocidad estricta que ellos implantaron y hasta un tiempo no fue ni más rápido ni más despacio. Pero todo cogió velocidad cuando sus padres se bajaron en una estación dejándolo solo. Entonces se dio cuenta de que él debía avanzar. Y así lo hizo. Conoció a miles de personas de las que solo permanecieron unas pocas, en el raíl contiguo al suyo. Se tropezó con caminos accidentados. Se bajó en cientos de estaciones para montarse en otros tantos trenes y vivió. Vio pasar oportunidades y a gente marchar. Guardó asientos a amigos que los desocuparon voluntariamente. Se equivocó de trayecto miles de veces. Pero siempre siguió adelante. Y con cada viaje, más pesado se hacía su equipaje, cargado de recuerdos pero ansiando más vivencias. Y al final de su trayecto comprendió lo pasajera que era la vida, que se portaba como un tren, no tanto por los innumerables pasajeros que la vivían, sino por su actitud huidiza y fugaz que se escapaba en los trenes que uno no se atrevía a coger por el miedo a partir.
    Irene López Cuberos 1ºA BACHILLER

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  91. LUNA Y EL TREN

    Érase una vez una niña de 3 años llamada Luna. Un día sus padres decidieron dejar el coche y coger el tren ya que es más ecológico, a raíz de esa decisión la mama de Luna y Luna fueron a coger el tren para llegar a su primer destino, el colegio de infantil donde transcurrieron sus años dibujando, pintando y jugando. Apenas se dio cuenta y el siguiente destino fue primero de primaria donde aprendió mucho más y empezó a tener amigos y conforme iba creciendo se sumaron nuevas experiencias y nuevos obstáculos. Sin darse cuenta, llegó a su tercer destino acompañada de su madre, su tercer destino era el instituto donde fue un cambio muy fuerte para ella, empezó floja pero conforme pasaban los años se sentía más cómoda, está parada fue la última que hizo y en estos últimos años ha ido andando a los sitios para prevenir la contaminación.

    NEREA MORALES LINARES
    1º ESO A

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  92. LA NIÑA Y EL VIEJO TREN
    Érase una vez, una niña, de unos 8 años, era muy guapa, con pelo moreno y ojos azulados, vivía en una aldea cerca de un tren que al ser muy viejo hacía muchísimo ruido, esto le molestaba mucho a la niña, cuyo nombre era Coral, ella siempre le decía a sus padres: “por qué no arreglan el viejo tren y así nos ahorramos el ruido”, sus padres le decían que arreglarlo era muy caro y que se tenían que apañar así, esto entristecía mucho a la niña pues no creía que arreglar el tren fuese tan difícil de conseguir.
    Pasaron unos años y la niña se convirtió en mujer, ella seguía estando descontenta con el tren, pero un día se le ocurrió una idea y se la comento a la junta de ciudadanos y a todo el mundo gracias a su canal de YouTube, creó hasta una fundación para recaudar dinero. Al cabo de 4 meses había recaudado 15.000 euros, con este dinero consiguió arreglar el tren y esto hizo a los ciudadanos que estaban muy agradecidos, felices, ya que en sus vidas no volvería a haber ni un solo ruido por culpa de un viejo tren.

    Irene Carrillo Gómez, 1.º A.

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  93. LA NIÑA Y EL VIEJO TREN
    Érase una vez, una niña, de unos 8 años, era muy guapa, con pelo moreno y ojos azulados, vivía en una aldea cerca de un tren que al ser muy viejo hacía muchísimo ruido, esto le molestaba mucho a la niña, cuyo nombre era Coral, ella siempre le decía a sus padres: “por qué no arreglan el viejo tren y así nos ahorramos el ruido”, sus padres le decían que arreglarlo era muy caro y que se tenían que apañar así, esto entristecía mucho a la niña pues no creía que arreglar el tren fuese tan difícil de conseguir.
    Pasaron unos años y la niña se convirtió en mujer, ella seguía estando descontenta con el tren, pero un día se le ocurrió una idea y se la comento a la junta de ciudadanos y a todo el mundo gracias a su canal de YouTube, creó hasta una fundación para recaudar dinero. Al cabo de 4 meses había recaudado 15.000 euros, con este dinero consiguió arreglar el tren y esto hizo a los ciudadanos que estaban muy agradecidos, felices, ya que en sus vidas no volvería a haber ni un solo ruido por culpa de un viejo tren.

    Irene Carrillo Gómez, 1.º A.

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  94. MEDIA VUELTA

    Allí estaba, después de mucho tiempo llegó el momento o por lo menos eso es lo que sentía. Nunca tuve nada claro lo que quería hacer, ni a dónde quería ir, pero por primera vez estaba sentada en ese banco, frente a ese largo andén y no tenía ninguna duda, pero me daba miedo. Tras muchos intentos allí estaba. Me quité los auriculares por un momento y escuche como el tren se acercaba; y entonces pasó una persona corriendo y se puso delante, por un momento vi una mirada perdida, casi sin vida. Por fin escuché el chirrido del tren, y el pitido que casi ni aprecié; ella seguía ahí de pie, paralizada. Me monté en el tren y desde el asiento dieciocho miré por la ventana y entre la oscuridad seguía de pie bajo la luz de una farola. Cuando al fin pude identificar su rostro, me vi, dando media vuelta volviendo de nuevo a casa. Mil imágenes pasaron por delante de mis ojos, toda una vida de cobardía, ¿había llegado a su fin?

    WIAM ZINE BOUJEMAOUI 1ºA BACHILLER

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  95. El tren de la muerte

    Me desperté y me encontré con que estaba tumbado en una estación de tren en la que no había nadie, solo un tren parado. En ese momento, decidí entrar al tren pero cuando entré no encontré a nadie. De repente, el tren empezó a moverse y yo empecé a buscar si había alguien. Pasó el tiempo, y me cansé de buscar y me senté en un asiento y a través de la ventanilla del tren vi una película sobre la historia de un individuo que empezaba a crecer según transcurría el viaje. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que la historia que estaba viendo, eran todos los sucesos que me habían pasado en mi vida. Yo no entendía lo que estaba pasando pero vi una escena que me atrajo, en la que se veía, que estaba muy enfermo y mi familia me llevo al hospital. En el hospital, el doctor encargado de cuidarme, fue hacia mi familia y les dijo algo y ellos empezaron a llorar. Ahí acabó la película y observé a través de la ventanilla, una estación cerca en la que brillaba una luz muy dorada. En ese momento me di cuenta de que estaba…

    Saad Bouchenaoui 3 AX

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  96. “Vida en vía férrea”
    En ocasiones fantaseamos con la idea de un tren mágico que llega hasta nuestra puerta en los peores momentos: una oportunidad que puede cambiar el rumbo de nuestra vida para dejar atrás una etapa anterior.

    Esperamos, eternamente y de forma continuada, a que esas oportunidades lleguen; el tiempo, mientras tanto, se va deshaciendo a nuestro alrededor y nosotros maldecimos no tener la suerte de aquellos que ya parecen haber cogido varios trenes.

    Aquellos que asumen un carácter estático, fijo e incapaces de moverse por sí mismos, están destinados a esperar eternamente una oportunidad: un tren que, sin embargo, nunca llegará. Los que, a ojos de estos, ya han cogido varios trenes son aquellos que no esperan, que saben que las oportunidades no llegan solas, se buscan y se exploran, al igual que haría un tren. El tren que se mueve por el raíl de forma continuada, lleno de energía, marcando su rumbo. Nosotros, llenos de vida, tomamos decisiones, nos lanzamos a buscar aquello que nos hace felices, marcamos nuestro rumbo también.
    El tren (nosotros) es esa vida definida como movimiento, como búsqueda, intensidad, decisión... no es oportunidad momentánea ni pausa, no es esperar sino actuar, vivir.

    Rocío Flomesta Fresneda 2º Bach B

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  97. NUNCA ES TARDE PARA CAMBIAR DE TREN.
    Era 10 de Diciembre y como cada día me dirigía a coger el tren de camino al trabajo. Compré mi pasaje, me monté y me senté.
    Miré como de costumbre a todos los pasajeros, pero esta vez algo fue diferente. Siempre durante años tuve un acompañante, un señor de unos 80 años y con el cual habitualmente mantenía largas conversaciones sobre todo y nada a la vez, pero hoy no estaba.
    Estuve escuchando a ese señor quejarse día tras día de la mala suerte que tuvo escogiendo ese tren, yo sin entender nada sonreía y asentía. Pero ahora que no está me pregunto qué sería de mi si tomara otro rumbo, si me bajara de este tren para tomar otro muy diferente.
    El tren paro, y no dude en bajarme, volví a buscar mi asiento y me volví a sentar.
    Nunca creerías quien estaba sentado a mi lado.

    Isabel López Ros 1ºBach C

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  98. La vida como un viaje
    La vida es un camino difícil, llena de dificultades que debemos saber afrontar con el paso del tiempo. Un día me propuse hacer un viaje, un viaje con un destino único y personal. Este viaje no es como cualquier viaje, sino que es un viaje por el cual todos pasamos. Este viaje se llama vida. A veces no somos conscientes de que nuestro destino se rige por las acciones que tomamos y, por ello decidí coger un tren, mi tren. Puede que no escogiera el tren adecuado u oportuno, pero decidí coger ese tren, el tren que me llevó a la vida que yo mismo escogí. A veces me pregunto qué hubiera pasado si hubiera tomado el siguiente. Y, ¿sabéis qué? Por mucho que os cueste encontrar el camino correcto siempre podréis decidir qué tren tomar, qué vagones visitar y descubrir, qué gente habrá cogido vuestro mismo tren.
    Creedme cuando os digo que vuestro tren no será perfecto, pero será tal cual vosotros dediquéis el tiempo a descubrir cuantos vagones se ocultan en él y, que personas se encontraran en él. Os daré un consejo: el tren pasa una vez en la vida, pero
    ¿Y si la vida pasara en un tren?

    Juan Carlos Sánchez Alcaraz 1ºC BACH

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  99. EL ACCIDENTE DEL TREN
    Érase una vez una chica que vivía en un barrio de Murcia llamado Santiago el Mayor. Ella tenía una vida tranquila junto a sus amigos, hasta que un día de invierno, en el Marino Baquero, pasó algo horrible. El tren que pasaba por las vías de al lado se había descarrilado y había chocado contra el pabellón más grande del instituto. Resultaron heridas muchas personas aunque nadie falleció. Ella quedó atrapada entre las paredes destruidas de aquel pabellón. De repente apareció un chico que, aunque tenía una minusvalía, reunió todas sus fuerzas y la sacó de allí junto a los bomberos. Al salir, todos los padres de los alumnos pusieron una denuncia al tren haciendo que pasara por debajo. Ella y él se enamoraron y ayudaron con las obras del soterramiento del tren. Vivieron la vida que les quedaba por delante juntos. Curiosamente, el tren los unió.
    María Rosa Botias Aibar.

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  100. UNA NOCHE DE TREN
    Era una noche en el tren con destino a Madrid.Había muy pocos pasajeros que no se conocían ninguno .Alberto, una de ellos, comenzó a sentirse mareado, empezaron a sudarle las manos, decidió ir al baño para echarse agua. entró al baño y notó un olor extraño, miró hacia atrás y se encontró una chica tirada en el suelo, él se desmayó pensando que estaba muerta. Al poco tiempo, Rubén, otro pasajero del tren se dio cuenta que el pasajero no había vuelto del baño todavía, así que fue al baño y tocó la puerta , no le abría nadie. Decidió entrar. Vió a la chica y al pasajero en el suelo. A continuación, llamaron a una ambulancia, porque estaban llegando a la estación de Madrid. Luego, resultó que la chica no estaba muerta y Alberto murió de un infarto.
    NOELIA GARCÍA ROMERO 1ºBACHILLER B

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  101. Era la primera vez que montaba en tren, estaba muy nerviosa, lo único en lo que quería pensar era en llegar a mi destino, Londres. Ya había estado allí varias veces, pero esta vez sería diferente, ya que viajaba con mis amigas Paula, Sofía y Marina. El tren comenzó a moverse, serían unas cuatro horas de viaje, por suerte viajábamos en primera clase, pero eso a mí no me importaba. Durante el largo viaje empecé a escuchar música, pero al rato me cansé y me puse a leer. Mis amigas se habían dormido, pero yo no podía dormir. Me empecé a encontrar fatal, no había nadie que me pudiera ayudar, las cosas no podían ir peor. Justo en ese momento el tren frenó de golpe y a partir de ahí no recuerdo más.

    Andrea Sánchez García 2ºBx

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  102. Un día cualquiera en un lugar poco conocido, me encontraba sentada en un viejo banco esperando el tren adecuado para dirigirme a aquel sitio al que siempre había querido nacer, vivir y morir.
    Era un lugar poco peculiar pero el que a mi me encantaba, en el sentia la tranquilidad y el bienestar que siempre había buscando, llamado Melicia, al suroeste del país, un sitio poco habitado por lo que apenas pasaban trenes y de muy de vez en cuando, lo que tuve que esperar un buen tiempo; día tras día y algunas que otras noches. En mi iba pasando el tiempo y desesperada seguía esperando un tren que al parecer nunca iba a llegar.
    En ese tiempo me si cuenta que quizás si iba en busca de él o me dirijia aquel lugar, podría conseguir lo que tanto tiempo buscaba y lo que realmente necesitaba.


    Natalia Herrera 1°C Bach

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  103. El Viaje
    Era una mañana calurosa de Agosto en un pueblo alejado del resto del mundo en el que un niño llamado Gustavo, de 16 años de edad, iba a emprender un viaje en tren, hasta la última parada contando con sus túneles de oscuridad y con sus maravillosas vistas, todo junto. Lo que Gustavo no sabía es que había una persona con el en ese trayecto, Nuria, una chica alta, con el pelo castaño a la que le gustaba el baloncesto. Durante el viaje empezaron a conocerse tímidamente, pero acabaron el uno para el otro y se enamoraron. Ese amor duró hasta que Nuria llegó a la última parada y se fue para siempre.Gustavo pasó el resto del viaje desolado y triste, hasta que llegó su última parada.
    Pablo Sánchez 2BX

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  104. Paco es un hombre que es muy maniático, que le gusta que todo sea perfecto. Siempre hace la misma rutina por la mañana, se levanta sobre las siete, más tarde desayuna y se va al trabajo cogiendo el tren. Un día conoció a una chica que era igual que él. Día tras di se fueron conociendo más y más hasta que se enamoraron. Pasados tres meses ocurrió algo extraño :el tren no paraba de hacer ruidos raros. El conductor dijo que había una avería en los frenos y que no pasaba nada, eso no fue así, el tren yendo cada vez más rápido se estrelló. Desde entonces Paco y su chica no se volvieron a ir del tren.
    Fernando Hernández 2Bx

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  105. Un día cálido decidimos coger el tren propulsado con energía solar. Era el único medio de transporte permitido para viajar, debido a que nuestros abuelos no hicieron nada para evitar el cambio climático a tiempo.

    No teníamos muy claro dónde ir pero sabíamos que fuéramos donde fuéramos estaríamos mejor que aquí, dada la contaminación que había.

    Al ver el primer vagón pintado de verde, supimos que teníamos que subirnos. Me senté en un asiento de madera. El tren era totalmente abierto, para tener contacto con la naturaleza. Allí era donde queríamos ir. De repente apareció el azafato y me pidió los tickets, amablemente se los di, él solo se quedó con uno. Yo, extrañado, miré el asiento de al lado y me acordé de él, nuestros caminos se habían separado y no me pude despedir. Inmediatamente me bajé del vagón para ver si continuaba donde le dije que me esperara, pero lamentablemente ya no estaba. Con los ojos llorosos me puse a buscarle.

    Me desperté sobresaltado. ¡Que pesadilla tan espantosa!, fui a su cama y…!sí! estaba allí, menos mal que era un sueño, lo abracé y aunque era de noche su placa dorada
    brilló y pude leer su nombre: Bobby.

    Pablo Carrillo Cárceles 2ºBx

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  106. El tren de nuestra vida, desde el nacimiento cuando salimos de la estación por todas las estaciones que pasamos que es el desarrollo de nuestra vida y nuestras vivencias, hasta que llegamos al término en el que tenemos que bajarnos del tren, que es cuando acaba nuestra vida.
    Dentro de este recorrido que hace el tren, hay estaciones que pasamos más tiempo,que son las vivencias,entornos y personas que no nos interesan por lo que pasamos de largo.
    En una estación me paré de golpe llamada "adolescencia" esa etapa de la vida donde descubres mogollón de cosas,y yo personalmente estoy empezando a sentir sensaciones y emociones que nuca había sentido, no sé describirlos exactamente.
    Hay personas que necesito verlas a diario, comunicarme con ellas, si no estoy con esas personas siento que me falta algo, en cambio hay otra personas que no me hacen falta en absoluto.
    Me pregunto por qué unas personas son tan importantes y otras no.
    Poco a poco iré descubriendo todo esto nuevo que me está pasando, también descubriré muchísimas cosas sobre mi que no sabía, también sobre personas.
    Esto será en la próxima estación...
    Lucía García Saravia 2Bx ESO

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  107. EL TREN Y YO
    El tren de Murcia ha sufrido muchos cambios desde que empecé la ESO en el Mariano Baquero Góyanes y he podido observar todos esos cambios desde la ventana de la clase.
    Todo empezó cuando el ayuntamiento quiso implementar el AVE en Murcia, levantando un muro que dividía la ciudad en dos. No pasaría mucho tempo para que la ciudad entera empezará a quejarse. Yo, que por aquel entonces iba a 2° de la ESO, y todo el instituto, andábamos preocupados por el tema ya que, si se levantaba ese muro, los que vivíamos al otro lado de las vías en Santiago el Mayor y el Barrio del Progreso no podríamos ir andando.
    Después de meses de protestas y manifestaciones, el Ayuntamiento ddecidió soterrar el AVE y de manera temporal, se decidió construir una vía temporal para el actual tren y una pasarela para los ciudadanos.
    Diez años después, se terminó la reforma en toda la ciudad y donde antes estaba la pasarela ahora hay una bonita plaza y ahora ya nunca vemos ni oímos el tren pasar.
    Ismael Pérez Liza de 3°AX

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  108. La luz de mi vida

    Era un día cualquiera en el que me dirigía a la estación de tren para ir a la escuela, está vez era diferente. No iba contenta ya que la situación con mi madre cada vez iba a peor, ella lo llama "la edad del pavo". Sentada en un banco esperando a que llegue mi tren empecé por primera vez a observar lo que pasaba a mí alrededor. Vi a personas mayores despidiéndose destrozadas, novios y novias esperando contentos a sus parejas. Incluso llegue a ver cómo una pareja iba corriendo tras el tren hasta que paró y bajo su novia. Me di cuenta de que estaba rodeada de emociones, y yo las evitaba con unos simples auriculares. Poco a poco vi como se acercaba mi tren, tenía delante una gran luz que cada vez era más y más grande y luminosa, entonces desperté y aquella luz era mi madre entrando en la habitación.
    -Levanta, se te va a escapar el tren.
    Me levanté rápidamente y la abracé sabiendo que ella era el tren que jamás iba a dejar escapar.
    Elena González Belando 1ºC Bach.

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  109. TE PERDÍ
    Te perdí, de la peor manera posible, pero te perdí y me arrepiento, me arrepiento de todo lo malo que te dije e hice, esa persona no era yo.
    Me acuerdo de todo como si fuese ayer. Te vi, sola y hermosa en aquella parada de tren y por un instante pensé, ¿Quién es esa mujer tan bella? Fue todo muy rápido, pero supe que en ese pequeño instante me había enamorado completamente de ti, sentí como si todo mi cuerpo floreciera, mi mente se nubló y todo mi ser se quedó observándote, no pude parar, pero ese precioso momento fue interrumpido por el odioso sonido del tren que me avisaba de que tenía que partir, pensé en no ir y quedarme contigo en ese lugar, y lo hice, me quede ahí, contigo. Supe que lo hice bien en el momento en que te hablé, aunque actualmente me arrepiento de no haber cogido ese tren. Te hice daño y eso es algo que nunca podré perdonarme.

    Antonio Miguel Martínez Fernández
    1ºC BACH
    IES MARIANO BAQUERO GOYANES

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  110. Pasajero
    Los seres humanos somos entes paradójicos, ya que la gran mayoría tenemos reloj, pero luego no tenemos tiempo. Sin embargo, uno se pone a reflexionar y se da cuenta de que en verdad no ha hecho gran cosa durante el día, y eso que supuestamente no ha tenido tiempo. Esto es lo que suele pasar hoy en día, la gente desaprovecha el tiempo continuamente, perdiéndose lo que realmente importa. Me refiero a las cosas más sencillas, minuciosas, lo que nos ocurre diariamente, que la vida no puede ser monótona, puesto que cada día aprendemos cosas nuevas, aunque no nos demos cuenta. La vida siempre nos pondrá obstáculos, pero nosotros somos los que ponemos los límites, ya que no son siempre trenes a los que debemos subir, también pueden ser estaciones en los que hay que bajar. Tenemos que tomar decisiones que nos influirán, ya sea positivamente o negativamente, pero hay que tomarlas sin miedo, porque cada error que hacemos nos sirve de aprendizaje y nos autoevaluamos para mentalizarnos de lo que podemos o no hacer. Nuestro único límite es nuestra mente.

    Ángel Alonso Paniagua 1ºA Bach

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  111. Todo el mundo sabe cuándo sube al tren, pero nunca sabrá si bajará.
    Mientras que él estaba sentado en su asiento veía como pasaba el tiempo y como nos iba dejando, mientras tanto, yo estaba a su lado tratando de mantener la calma y la fuerza.
    Él miraba por la ventanilla y sonreía, mientras que yo, recordaba todos los buenos momentos que habíamos tenido, todas las sonrisas y todos los llantos.
    El estaba feliz, mientras que yo no tanto.
    Hasta aquí finaliza el viaje mientras qué la estación está llena de personas esperando coger su próximo trayecto, pero no muchos son conscientes de que subieran para no volver.
    Quizás tenga miedo de bajar, de olvidarme de todos esos buenos y malos momentos, de olvidarme de todas las bromas.
    Miedo a olvidarme de ti.

    Natalia Miñano Martínez.

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  112. Érase una vez un tren ambulante que recogía a los pasajeros para que disfrutaran de sus espectáculos, era como un circo.

    Un día, un pasajero sacó una pistola y disparó hacia el cielo. Toda la gente que estaba en el tren entró en pánico y el pasajero con la pistola mató a un hombre. Los pasajeros corrieron y se escondieron en el tren. El asesino encontró un sitio donde estaba escondida mucha gente y la mató. Acto seguido un hombre intentó acuchillar al asesino, pero fue en vano. Cuando el asesino mató a todas las personas, un espíritu lo tuvo atormentado. Todas las noches eseespíritu se le aparecía y le decía:"¿Por qué lo hiciste?"

    Al final el asesino estaba tan desesperado que se tiró desde el edificio más alto del mundo y murió.

    Proverbio: no hagas acciones de las que te puedas arrepentir.

    Antonio Conesa Gallego 1º AX ESO.

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  113. Días de Instituto

    ¡Qué suplicio ir al instituto!
    Recuerdo cuando hace uno o dos años atrás detestaba ir al instituto, no solo por el mero hecho de tener que madrugar, acción que me daba mucha pereza realizar todo sea dicho de paso, sino que cuando estaban poniendo la pasarela años atrás siempre pasaba el tren a una hora determinada del día. Me acuerdo de que cuando el tren pasaba para hacer su trayecto habitual este siempre hacía retumbar el sólido suelo el instituto. Cuando escuchaba, sentía y notaba el tembleque solía pensar en la ardua tarea que era realizar viajes durante los periodos históricos en los que la mera idea de aparatos eléctricos que nos permitieran trasladarnos de un sitio a otro era simplemente impensable. Yo se que los medios de transporte actuales son útiles, pero cuando pienso en el tembleque de aquellos años pasados me pregunto… ¿la vida en el pasado era mas tranquila sin medios de transporte?

    Pablo Pérez Arce 1ºC Bachillerato

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  114. El tren de la felicidad

    El tren de la felicidad es un tren que cada persona tiene el suyo correspondiente. Este tren no es como cualquier otro sino que es especial. Especial ya que tan solo te puedes subir a él, una vez en la vida. Esa vez será cuando una persona es feliz, pero por algo que esta persona ha ideado o soñado y que la ha llevado a cabo, sin ponerse excusas y más excusas y el no tener el miedo al fracasar, que es lo que le pasa a mucha gente. Dicen que la paciencia es la madre de cualquier ciencia pero los trenes corren sin importar lo paciente que seas. Mucha gente se sienta a esperar su tren, pero cuando llegan no saben reconocer si es el suyo, y se quedan en el andén mientras ven como se cierran las puertas dejando una herida abierta, el tren jamás paso de vuelta. Nadar a contracorriente es muy frustrante, habrá muchos momentos en que todo lo que has conseguido lo quieras tirar por la ventana, pero lo que sientes cuando consigues algo satisfactorio para ti, es como estar en la estación correcta y ahí será que has cogido el tren de la felicidad

    Natalia Pérez García 3ºBX ESO

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  115. El misterio del tren

    A veces pienso que la vida es un tren y se para en diferentes lugares hasta que se rompe y no funciona más, como me pasó a mí. Me llamo Andrea López y me acabo de despertar en un vagón de un tren. Hay mucha gente y no sabemos por qué estamos aquí. Somos nueve personas y hablamos español. Las puertas están cerradas y solo se oye el motor del tren. Se ha abierto una puerta que lleva a un vagón con camas. Nadie sabe por qué está aquí. De repente entró un señor vestido de blanco muy alto y se sentó en un sillón del vagón. Le preguntamos quién era y él nos miró y sonrió. Cuando pasaron cinco minutos, nos dimos cuenta de que éramos ocho pero no nos preocupamos. Cuando volvieron a pasar cinco minutos éramos siete pero nadie se dio cuenta. Eso pasó sucesivamente hasta quedamos cinco. Un chico propuso hacer un círculo para vernos todos las caras. Lo hicimos y cuando pasaron cinco minutos el hombre de blanco se levantó y nos dijo:¡Ahora os toca a vosotros!

    Irene López Hernández , 1.ºA.

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  116. PAISAJE
    Metió sus herramientas de trabajo en la vieja cartera de cuero y salió apresuradamente hacia la estación. En su camino, como siempre, subió y bajó los numerosos peldaños de la construcción que separaba ahora los barrios hermanos. Giro a izquierda, luego a derecha y siguió todo recto sin prestar casi atención al paisaje. Encendió el primer cigarro de la caja recién estrenada y disfrutó, por unos instantes, de ese asqueroso humo gris que empañaba sus pulmones. Entonces, miró su reloj de pulsera e, instantáneamente, echó a correr, llegaba tarde. Nunca había sido dado a ninguna actividad deportiva y pronto sucumbió. Estaba exhausto no solo físicamente, sino también anímicamente. Estaba cansado de las mismas circunstancias, de la misma sociedad y de la misma vida de siempre. Quería cambiar, necesitaba cambiar. No era cuestión de haber perdido el tren sino de no haber deseado cogerlo.
    Ese día, por poco literario que pueda ser, el protagonista de esta historia llegó a la estación y esperó el próximo tren con destino al lugar que le repugnaba.
    Era lo mismo que le sucedía al hombre que se había cruzado en la calle y a la mujer junto a la que estaba sentado, había decidido no decidir.

    Javier Muñoz Moreno 2ºB Bach

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  117. Una niña estaba, como cualquier otro día de su vida, en tren, camino a casa de su mejor amiga. Cuando se sentó se dio cuenta de que debajo de su asiento, había un teléfono. Lo cogió y lo primero que hizo fue encenderlo y así podría ver el fondo de pantalla y así ver si por casualidad había una foto de propietario del móvil. Hasta ese momento, no se había dado cuenta de que el teléfono por fuera era igual que el de su mejor amiga y cuando lo encendió se dio cuenta de que había una foto de su amiga en el fondo de pantalla, cuando ella vio eso llegó a la conclusión de que ese móvil tenía que ser de su amiga, así que, espero a llegar a su casa y así darle la sorpresa a la chica de que ella tenía el móvil. Si todo iba bien el trayecto debería de ser de unos quince minutos pero justo cuando quedaba poco para llegar a su destino, el tren se paró. Había un fallo y tendría que tardar más en llegar a casa de su amiga. Afortunadamente, el fallo que tenía el tren solo tardo en solucionarse 10 minutos. Finalmente llegó a casa de su mejor amiga la cual, lo primero que hizo al verla fue contarle que había perdido el móvil. La amiga sacó el móvil de su bolsillo y la sorprendió, luego le contó toda la historia.
    *María Martínez López. 1º A ESO

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  118. La niña ahorradora
    Un día en una clase medioambiental la profesora explicó a todos los alumnos que el tren era el transporte más económico.
    Esa misma tarde la niña llegó a la casa y la madre le dijo que tenía que hacer un viaje y la hija le preguntó qué transporte iba a utilizar. La madre respondió el autobús, la niña se enfado y la madre no lo entendía. Llegó la noche y la niña no salió de su habitación. Cuando la madre se acostó la niña se levanto y cogió el móvil de su madre y llamo a la agencia de autobuses y canceló el billete de autobuses y le compró un billete de tren.
    Al día siguiente cuando la madre fue a coger el bus le denegaron la entrada y la madre no entendía por qué. Entonces en ese momento llegó la hija, y le dijo lo que había hecho. La madre estaba furiosa pero a la vez contenta de lo que había hecho.
    La madre se fue en el tren y se durmió en el viaje cuando se despertó su hija estaba a su lado y resulta que todo era un sueño.




    Daniela Torres Torres 1esoA

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  119. LOS VECINOS
    Para este humilde barrio el tren ya es una parte esencial, pero las cosas empezaron a cambiar cuando los políticos hablaron de sus nuevos planes. Ellos querían que pasara un tren de alta velocidad, pero para ello tenían que construir muros y vallas electrificadas que aislarían al barrio.
    Los vecinos estaban en contra y empezaron a tomar cartas en el asunto.
    Crearon productos con el lema "Soterramiento ya", hicieron manifestaciones por toda la ciudad a las que asistieron miles de personas, crearon un coro, etc. Pero todos los esfuerzos fueron en vano.
    Todas las noches, lloviera o helara, hiciera calor o frío, había un grupo de vecinos manifestándose. Al principio era grande, hablaban, cenaban, cantaban, etc, pero pasaba el tiempo y la gente perdía la esperanza, hasta que solo quedaron unos pocos vecinos.
    Tras un tiempo los políticos se convencieron, ya no iban a poner muros ni vallas electrificadas y tampoco iba a pasar el tren de alta velocidad, iban a soterrar. Lo habían conseguido, todo lo que habían hecho valía la pena, y todo gracias a esos vecinos luchadores.
    Ana López Sánchez 1ºAX

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  120. EL TREN Y YO
    Irritante ruido, amada calma, ese tren que pasa todos los días por delante de mis ojos, unos días a máxima velocidad destrozado por fuera y por dentro y otros, haciendo bien su trayectoria tomando cautela, fluyendo con tranquilidad. Todos los días se procesan las mismas imágenes dentro de mi cabeza analizándolas con detalle, viendo sus defectos y virtudes donde cada tren es distinto, donde hay unos más largos que otros o más estables… sin embargo lo que tienen en común es que llegan a ser uno solo que llega al fin de su trayectoria, donde olvida todo el recorrido anteriormente realizado lleno de baches, cambios de railes… Esos trenes son la vida misma, son lo que representan nuestro día a día y como corre el tiempo en muchas ocasiones. Son las imágenes que nos enseñan cada movimiento, cada decisión, cada acción… y todo ello con el fin de enseñarnos la realidad a la que nos enfrentamos como un camino, donde tenemos que disfrutarlo porque con más o menos tiempo el tren llega a su parada, sin vuelta atrás.
    Lucía Martínez Sánchez 1ºA Bach

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  121. El tren de los sentimientos:
    Me llamo Rigel. Soy una persona a la que le llaman pobre, pero yo no me veo pobre, pues tengo lo que necesito: felicidad. Vivo en una estación de tren, y, aunque es un sitio frío me siento cómodo, pues nadie me quita la sonrisa de la cara cuando pasa un tren.
    Siempre he esperado a que mi tren se pare, pero, tras varios años en la estación, me he dado cuenta de que no he de esperar mi tren sino que tengo que esforzarme en encontrarlo, y así fue como descubrí que no era tan fácil, pero después de varios meses de búsqueda, lo encontré.
    Fue un día muy especial para mí, pues siempre había visto a los trenes pasar, pero nunca había tenido el valor suficiente para meterme en uno. La experiencia fue única pues nunca había visto un tren tan grande ni tan bello, todos los trenes en los que se subían la gran mayoría de las personas eran grises y tristes.
    Solo por eso supe que era el mío, porque estaba lleno de color y de sentimientos que todavía no había podido explorar.
    Sancho del Buey Martínez - 2ºAX - ESO

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  122. VACÍA REALIDAD

    - Todo comenzó aquel maldito día en el que sucedería algo que cambió mi vida por completo. Recuerdo permanecer en mi vagón, que me acompañó durante tanto tiempo a semejante tragedia. Era todo tan normal, que cuando quise darme cuenta, el tren en el que me encontraba descarriló por completo volcándose sobre el verde césped de la alegre primavera. Abrí los ojos y me encontré rodeado de llantos, lágrimas, y tragedia. El abrasador calor de las llamas que me envolvían acabó conmigo. Fue en ese momento cuando me estaba debatiendo entre la vida y la muerte, pero ya era demasiado tarde, ya casi no quedaban esperanzas. Durante un periodo de mi situación, me encontré en un oscuro mundo en el que lo único que existía era mi desolación, cuando de repente, volví a notar el intenso latido que producía mi corazón dentro de mí. La esperanza abrió de nuevo mi camino hacia la vida, fue en ese preciso instante cuando desperté del coma.

    Antonio Jesús Cañete López 1C BACH

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  123. ¿Casualidad?
    7:30 pm, miércoles 14 de noviembre, otro día camino a la universidad. Como cada mañana estoy esperando el tren medio dormida y justamente pasa una madre con su bebé en brazos llorando, yo como amante de los bebés me pongo a mirarlo y a hacerle caras para que dejara de llorar, la madre me mira y me sonríe y me dice que si quiero cogerlo y yo cómo me voy a negar, lo cojo en brazos y el bebé deja de llorar, la madre me dice que si puedo cuidarlo 1 minuto a que vaya a sacar un billete para el siguiente tren, entonces estoy jugando con el bebé y levanto la mirada y veo como mi tren pasa y no llego a tiempo a cogerlo, llega la madre y me pide disculpas, le doy al bebé y voy camino a mi casa pensando las clases a las que falto hoy.
    20:30 pm, estoy en casa cenando, viendo el telediario y escucho hablar de un tren que se ha descarrilado y han fallecido 200 personas. Es el tren que se me ha escapado a mí esta mañana. Empiezo a plantearme si de verdad ha sido casualidad que hoy se me haya escapado.

    Inma López Martínez 1C BACH

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  124. Era el primer día en el instituto para mí, Pablo. Empezaba 1º de Eso y no conocía a nadie.
    Bueno ya había sonado el pitido y tenía que ir a mi clase, yendo hacia la clase vi una chica, una chica guapa que luego supe que iba a mi clase y que se llamaba Nuria.
    Estuve mirándola toda la clase, pero es que mis ojos no podían parar de mirar algo tan bello.
    En clase descubrí que en ella iba por las tardes a lo del soterramiento, como yo, pero nunca la había visto.
    Para quien no lo sepa, lo del soterramiento es una manifestación para que hagan el tren subterráneo.
    Al terminar la clase me armé de valor para decirle que si quedaba esa tarde para ir a la manifestación, ella me dijo que sí.
    Por la tarde fuimos a lo del tren y lo pasamos muy bien.
    Cerca de las ocho Nuria se tuvo que ir y me lo dijo, pero antes de irse me dio un beso.
    Juan Marín Pérez 2ºBX

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  125. El tren une a las personas
    Era un día normal en 2055, un grupo de amigos se había reunido para hablar. Al día siguiente era el primer día de instituto desde las vacaciones, y estaban decidiendo el transporte que utilizarían para ir al instituto, ya que se habían eliminado todos los coches y las motos debido al exceso de contaminación. Al final, decidieron ir en tren, ya que este último pasaba justo por la puerta de su instituto.
    Al día siguiente María, Marta, Rubén y Antonio estaban muy emocionados por volver a ver a sus compañeros. Mientras esperaban al tren, observaron el hermoso paisaje que se observaba desde la estación. Ese día, tenían que llevar máscara por la contaminación atmosférica, que hacía que el aire fuera irrespirable. Pero, por suerte, dentro del tren habían implantado un sistema de descontaminación del aire, y no era necesario llevar máscara, por lo que el tren se convirtió en uno de los transportes más utilizados. Debido a esto, hicieron muchos amigos en el tren, se enamoraron y tuvieron muchas anécdotas que contar.

    Iliane Giménez 1ºA ESO

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  126. MICRO CUENTO
    Era un día de invierno, estaba lloviendo, la gente estaba en la Estación de trenes de Murcia esperando en el andén esperando a que llegaran los trenes para poder irse a su destino, pero no se podía coger los trenes porque las vías estaban inundadas de agua, y se cancelaron los trenes en Murcia por la abundante agua. Al día siguiente no estaba lloviendo, pero no circulaban los trenes tampoco.
    Cuando eran las 18:45 de la tarde empezó a llover otra vez, en principio sí iban a circular los trenes hoy en Murcia, pero esta toda la noche lloviendo.
    Entonces la empresa de ferrocarril contrata a un camión cisterna para poder absorber el agua que había en la vía, y así poder salir los trenes con sus pasajeros a sus destinos, así se pudo solucionar el problema. Esperemos que cuando se acaben las obras del soterramiento del tren esté terminado, también se acaben estos problemas, así será que las cosas se han hecho muy bien

    Jorge Martínez Beltrán 1A ESO

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  127. DOS TRENES Y GABRIEL


    Gabriel tenía 85 años. Consideraba que tras todas las experiencias vividas, no encontraba el sentido de vivir. Pero como seguía vivo, tuvo que aceptar, suspirando con una profunda resignación, que tenía que seguir afrontando la vida, aunque sea sin ilusión.

    Una noche se acostó en su cama y estaba muy aburrido. Poco a poco la fatiga y el cansancio invadían su cuerpo entero, hasta que se quedó dormido...

    ¡Y se encontró en una parada de estación de tren! Él estaba muy triste. No obstante, ese estremecedor sentimiento le duró bastante poco: pues un tren se paró justo en frente de él. Y para su sorpresa, este le habló. Concretamente dijo:
    _ ¿A qué esperas, Gabriel? ¡Soy el tren de tus recuerdos! ¡Sube!

    Gabriel, sin más dilatación, obedeció, aunque estaba pasmado y nerviosísimo. Emprendió el viaje y, conforme transcurría el trayecto, veía sus recuerdos de bebé, niño, adolescente y adulto. Las lágrimas le resplandecían por su cara. Cuando finalizó el viaje, se bajó y gritó:
    _ ¡Quiero volver al pasado!

    Inmediatamente, otro tren apareció y dijo:
    _ ¡Gabriel, sube! Soy el tren de tu futuro...

    Gabriel acabó despertándose. Y con mucho entusiasmo, exclamó:
    _ ¡A disfrutar de la vida!


    IBRAHIM CHERIF BARRY (1º Bachillerato A)





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  128. FANTRENEANDO
    El andén del tren estaba lleno de gente. Familias que se iban de viaje, estudiantes que se iban a vivir a otro lugar… y un niño. Un niño feliz que iba todos los sábados al andén para fantasear. Se llevaba consigo a su perro, se sentaba en un banco y se ponía a imaginar las conversaciones de las personas que se iban de viaje y las historias de los estudiantes que buscaban una vida mejor.
    El niño vio una pareja de personas que estaba discutiendo y llevaba en las manos unas bolsas de comida y se imaginó que aquella pareja discutía porque al hombre se le había olvidado comprar aceitunas.
    También vio a un joven solitario que estaba ya dentro del tren escuchando música mientras leía un periódico. El niño imaginó que podría tratarse de un joven buscando un futuro mejor en alguna otra ciudad y que leía el periódico en busca de trabajo. El niño pensó que el joven tenía aspecto de fontanero y que podría contratarlo ya que su grifo estaba roto.
    Y así es como este niño se entretenía los sábados sin tener que molestar a sus padres o necesitar objetos materiales.
    Nuria López Cuberos 1ºA ESO

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  129. 11 M
    Me dirigía al trabajo como cualquier otro día. Saqué el billete en la taquilla. Me monté en el tren. Aquel día se me olvidó el MP3 y escuchaba como la gente hablaba. El camino se me estaba haciendo más largo de lo normal. Escuché de fondo la voz metálica del aviso de las paradas, estaba en Atocha. Cerré los ojos un instante desesperado y, sentí miedo y un frío indescriptible. Me sobresalté, miré por la ventana y respiré profundo unos segundos. Volvía a estar en Atocha. Me asusté y pensé que era todo fruto de mi imaginación. El tren volvió a arrancar y volvió a pasar lo mismo. Aterrorizado salí y no encontraba la salida de la estación. Muy nervioso, me senté al lado de un hombre con un periódico donde pude leer: “Terrible atentado en Atocha, después de una semana de búsqueda no se ha encontrado ninguna persona con vida”.
    Paula Navarro López 1ºC BACH

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  130. SUEÑOS RELATADOS EN LA ESTACIÓN
    Te recordaba jugando con mi pelo, jugando con el tiempo a olvidarlo. Te recordaba feliz entre tanta penumbra, entre tantas huecas sonrisas. Te recordaba con mil historias que contar, mil hazañas que lograr. Te recordaba con mil aventuras que soñar, mil canciones que tocar entre tanto vivo pero muerto. Te recuerdo llevándose el viento esas notas y a ti, esas luces, vagones, ruedas y pitidos. Ahora, te imagino contento narrando en cada estación tus versos al son, de las llegadas de los trenes. No estoy triste porque te fuiste porque que el recuerdo que me diste nunca muere si yo no lo quiero y tampoco los sueños que interpretaste con tu guitarra y tu canto.
    Sara Bermejo Lucas 3°AX

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  131. DESTINOS
    Elena nació sin prisa y a su vez sin pausa, siempre ha sido una mujer rebosante de alegría y a la que todo el mundo le encantaba ver, pues era capaz de alegrar sus días en cualquier momento. Desde que Elena vino al mundo, se ha movido de aquí para allá, pasando por todas las vías y raíles de la Región de Murcia, pasando por los barrios en los que más tiempo pasó de niña; viendo toda la evolución del soterramiento en el barrio de Santiago el Mayor, haciendo varias paradas para encontrarse con sus amigos y familiares… Allí mismo, conoció al amor de su vida, José, y se unió a ella en su viaje para recorrer lugares inexplorados juntos. Hicieron paradas de no más de dos días. Se casaron, tuvieron dos niños mellizos; María y Juan, quienes a su vez fueron creciendo y formando sus propias familias. La vida de Elena siempre había estado en movimiento. Durante toda su vida le ha encantado viajar, pues a eso se ha estado dedicando, pero la pobre ya estaba cansada de tanto traqueteo. Nunca había pasado más de dos días en un lugar fijo. Había salido de Murcia, había visto mundo, pero por fin, a su alta edad, Elena se bajó del tren. Encontrándose con todas a las personas que la habían acompañado en su viaje y poco más antes que ella, habían encontrado su destino final.
    Alba Moreno López 1ºA BACH

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  132. EL ASESINATO MISTERIOSO.
    Todo empezó en una hermosa tarde de verano, en Wyckoff, Nueva Jersey. Iba a salir un tren con destino a México, pero lo que la gente no sabía es que iba a ocurrir un asesinato. Hubo suerte de que había un detective dentro. Se sabía porque lleva una placa donde ponía: detective MIGUEL

    Los pasajeros estaban impacientes porque sabían que iba a ser el mejor viaje de su vida. Entre ellos había una persona muy rara que no hablaba con la gente, la cual llevaba un abrigo negro. Era tenebroso porque tenía las manos grandes, un ojo blanco y otro negro y una cicatriz que le llegaba hasta la barbilla.

    Yo, Hugo, estaba ahí. El asesinato ocurrió a principios del viaje. Esa persona se sentó en el último vagón, junto a él estaba otra persona que era muy molesta. El señor lo mató. Tenía mucha rabia interna. Su mujer lo había dejado, lo notaba en su cara. fue cuando yo iba a ir al baño. Vi la luz del baño encendida. fui a mirar el baño de reojo para ver quien había o si se habían dejado la luz encendida. Lo vi con la ropa manchada de SANGRE!!.regresé a mi asiento. Avisé al conductor del tren. Me quedé extrañado porque no había conductor, desapareció. Yo avisé por megafonía (con una voz grave para que nadie supiese que era un niño) : ATENCIÓN A TODOS LOS PASAJEROS. UNA PERSONA HA SIDO ASESINADA. Intenté calmarlos porque si no los hubiese calmado podría haber sido un catástrofe en el tren. ahí el detective empezó a tramar algo pero no se iba a levantar porque sino daría la voz de alarma.
    Miré si alguien podía ayudarme a investigar porque no sabía que había un detective. Miré una placa que llevaba una persona. Ese era el detective. Pude ver la placa gracias a que se le estaba cayendo por el bolsillo del pantalón. Le pregunte si podía investigar y asintió. El detective empezó a investigar y poco después de empezar le dije que sabía quien había sido. Me hizo caso. como yo era un niño nadie me hacía caso. Me siguió y lo encontramos. Ese hombre fue llevado a la cárcel. Me nombraron el mejor del tren, por mi valor y por haberles avisado.

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  133. Tiernos recuerdos


    Cuando recibí la llamada de mi madre y escuché su voz sabía que algo grave había sucedido. Me comunicó que mi abuelo había fallecido. Y cuando iba de camino al tanatorio me vinieron todos los buenos momentos que había pasado con mi abuelo y nunca se me olvidaría un viaje que hice con él. Fue una de las semanas que mejor me lo he pasado,cogimos el tren de camino a Madrid y visitamos la ciudad. Pero ahora todo quedará en el recuerdo. Es difícil decirlo,pero ahora me vuelvo a encontrar frente a mi abuelo,sin haber podido despedirme de él. En estos momentos solo me queda reflexionar. Hoy hace dos años que te fuiste pero nunca te olvidaré.


    JOSE MARTINEZ LATORRE 1C BACH

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  134. Armadura


    Un joven caminaba desprotegido, se sentía seguro, creía que podía comerse el mundo, que todo iba a ir bien.

    Esa tarde, mientras paseaba plácidamente, se encontró con unos compañeros pero estaban tensos. Le evitaban, cuchicheaban entre ellos, espontáneamente, se giraron y empezaron a golpearle. Esa fue su primera paliza.

    Solo y atemorizado decidió marcharse de la ciudad, se subió a un tren y se fue.

    En su nueva ciudad, le fueron propiciando pequeñas traiciones, puñaladas. Algunas leves, otras graves pero todas duelen. Se puso una armadura, ahora tenía una pechera, un casco y botas. No podían agredirle.

    Tiempo después, conoció una chica, pasaron mucho tiempo juntos. Ella le dio su amor. Con ella los moratones no dolían y las cicatrices se curaban. Acabó quitándose la armadura. Así podía sentir el calor de su cuerpo al abrazarla, no tenía que protegerse.

    Sin embargo, algo cambió, ella se volvió distante. Ya no era cariñosa, lo dejaba solo, no hablaban. Hasta que, finalmente, le clavó un puñal en el corazón.

    Después, él se marchó, en el vagón se intentó curar la enorme herida. Al llegar, forjó la mejor armadura. Nadie volvería a hacerle daño pero siempre verá la cicatriz en su pecho.



    Carlos Bermejo Álvarez 2º Bachillerato A

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  135. LA REALIDAD QUE NO NOS MUESTRAN

    El tren iba camino hacia Salamanca, hace poco acababa de entrar a trabajar como maquinista y era de mis primeras veces como conductor del tren. Eran cerca de las 02:00 de la mañana, la mayoría de gente estaba durmiendo y no había nadie por los pasillos, un día cualquiera.
    Pero mi pensamiento de que era como un día cualquiera cambió ipso facto.
    Normalmente un maquinista no suele ver nada a esa hora, pero de repente me dio como la sensación de que me estaban apuntando con una linterna porque vi repetidas veces destellos de luz blanca y fría en la cara a través del cristal.
    Me puse las gafas para ver con claridad lo que sucedía fuera del tren, porque era inentendible que alguien estuviese a las 02:00 en unas vías de tren.
    Todo pasó muy rápido, cuando quise darme cuenta el tren arrolló a una mujer que estaba en las vías del tren. Fue muy desagradable ver sangre en el cristal y escuchar los huesos crujirse mientras el tren pasaba por encima suya
    Han pasado 12 años de aquel accidente, nunca más tuve otro problema de aquel calibre. Pero todos los días que me levanto recuerdo aquella estampa repetidas veces en mi cabeza, es muy triste tener que vivir con eso para todo lo que me queda de vida y que muy poca gente sabe lo mal que se pasa.

    JUAN LUIS MARTÍNEZ CLAROS 1º BTO A

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  136. La solución
    Mucha gente se ha olvidado como fue el comienzo, pero yo recuerdo cuál fue. El ser humano desde su ser nómada necesitaba viajar más rápido por el suelo, entonces planteo ideas como la propulsión animal, esta fue la primera idea y los caballos fueron los animales elegidos por el hombre para viajar largas distancias, lo utilizaban para: ir a la guerra, para el transporte y pastorear. Pero el ser humano en su ansia quería ir mas rápido y fabricó la locomotora unida a vagonetas, pero esta solo cumplía la necesidad de ir mas rápido, esta tenía que estar dirigidas por las vías que le obligaban a dirigirse recto hacia delante. Tras su creación el hombre se maravilló sin saber su oscuro secreto, lo que lo alimentaba daba avance a nuestro fin. Es por eso que cuando el hombre descubrió este hecho creo el tren como la solución al problema y bien harían en recordad que el tren es más ecológico, pues no es otra cosa que la cura para frenar la enfermedad y la solución a la necesidad de un ansia que empezó hace mucho.
    Antonio Munuera Menchón 1 Bach A

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  137. Te perdí en la estación

    Varias más que cualquier viaje a Roma, cualquier noche en parís y más que cualquier paseo en góndola por Venecia. Me dada igual esperarte en la estación un día tras otro, con tal de verte de nuevo, con tal de ver esos ojos que entre mil miradas me decían: “Quiero verte cada día”.
    Te observaba desde lejos, me fijaba en tus maletas -pensando en cuánto peso llevarían-, si te irías para siempre o solo un fin de semana.
    Me decía cada día, “Acércate y dile algo”, pero algo me lo impedía. Quizá el miedo a perderte. Un día, valiente de mí, decidí buscarte, pero no te encontré.
    Pasaron los días y tu no aparecías; “¿Qué ocurría?”, me preguntaba.
    A día de hoy sigo yendo a la estación, esperando que bajes de cualquier tren, esperando que vengas. Que me mires, que me digas: “Gracias por no irte, gracias por ser mi andén”.

    Ángela Guerrero Vera 1ºC Bach

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  138. EL TREN DEL BARRIO

    En un barrio pequeño de Murcia nació el primer tren de la península ibérica que es ecológico.
    Cerca de la vía de tren había un instituto. Cada vez que el tren pasaba cerca suya, todo el colegio temblaba y era como un terremoto en pequeña escala.
    También la gente que vivía cerca se quejaba y tras mucho aguante, se empezaron a realizar manifestaciones. Cada vez se iba uniendo más gente y empezaron a realizarse manifestaciones.
    Estas manifestaciones tenías como propósito tener el primer tren ecológico del país.
    Después de casi dos años el alcalde les hizo caso y les dijeron que iban a intentar conseguir ese ansiado tren.
    Pasaron días, meses, incluso años, pero solo se veían construcciones que en ningún caso estaban relacionadas con el tren.
    La gente se iba dando cuenta pero no decía nada por respeto al alcalde que anteriormente les había dicho que iban a construir ese tren.
    La gente ya se hartó y decidió consultar en la puerta del ayuntamiento.
    ¡No había nadie! Ponía un cartel que decía “Cerrado por bacaciones” y encima estaba mal escrito. Era demasiado raro porque nadie había informado y parecía que el cartel estaba escrito rápido con rotulador y con esa gran falta ortográfica.
    Un grupo de niños decidió informarse y empezó preguntando a los obreros que estaban haciendo el supuesto tren.
    Le dijeron que no sabían nada y los niños se quedaron desconcertados.
    Después de varios meses el alcalde seguía sin aparecer, pero por fin se anunció la inauguración del tren-
    Aquel 27 de mayo sería la gran inauguración.
    Llegó el día y no se sabía cuál era el paradero del alcalde, pero allí había un concejal para dar la bienvenida a este tren que llevaba en la vía ya 3 días.
    Algunos guías del tren estuvieron haciendo una muestra del tren por dentro y cuando llegaron a la sala del restaurante se encontraron un charco de sangre.
    Llegaron policías y acompañantes y descubrieron que la sangre era del alcalde. Se dijo que el alcalde ya llevaba muerto seis meses y que habían depositado el cadáver 2 días antes de la inauguración.
    A la mañana siguiente el tren se movió por Murcia con 6 pasajeros y en la vuelta solo quedaban 2.
    Esos dos que quedaban dijeron que el tren funcionaba muy bien pero recordaban que posteriormente se echaron una siesta todos al mismo tiempo y al despertar dijeron que vieron los cadáveres en el suelo.
    Al despertar los dos recordaban el sueño que habían tenido y los dos decían lo mismo:”Recuerdo millones de personas gritando que querían un tren y salía el alcalde inaugurando el tren, pero él estaba sin carne y era como un esqueleto”.
    Nunca se supo que pasó con el alcalde solo se sabe que el tren ecológico es una buena opción pero en este caso no tuvieron mucha suerte.

    Abel Jiménez Álvarez 1ºA

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  139. AVANCES ECO

    Corría el año 1945, y un chaval de 27 años llamado James Harrison se disponía a viajar por primera vez en tren.
    Llegó a la estación cuando se encontró con que esta estaba llena debido las manifestaciones de la población que afirmaban decir que los trenes no eran buenos para el medio ambiente, que contaminaban demasiado y que o encontraban una solución rápido, o ellos mismo se encargarían de que ya no se usaran más.
    -¡NO AL TREN!, ¡CONTAMINACIÓN FUERA YA!-gritaban los manifestantes sin descanso con esperanzas de conseguir algo.
    El joven pensó: porque se estará manifestando por esta chorrada cuando hay miles de injusticias ahí fuera más urgentes de solucionar.
    Pues bien, el joven e inocente James Harrison se equivocaba, porque gracias a todas esas manifestaciones hoy día, en el 2020 han mejorado los trenes para que contaminen menos, y que encima vayan más rápidos. Por eso se deben de usar más los trenes, gracias a los nuevos avances ECO de la vida.

    Rocío Martínez Vázquez 1ºA ESO

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  140. Estoy en mi clase, sentada y allí etá parado, día tras día. Lo han dejado como si tal cosa, pronto se lo llevarán y darán paso a otro con mayor rapidez, mayor confort, menos contaminate... ese tren me produce nostalgia, he viajado con mis seres queridos, que como el tren han terminado su viaje, un viaje muy largo, con muchas vivencias y anécdotas.
    Y ahora aquí sentada me cuesta despedirme de él, aunque siempre estará en mi recuerdo como mi familia.
    María Martínez Costa 3 Ax

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  141. AMISTAD ENTRE VAGONES

    Aria, una chica de dieciséis años, seria e introvertida debía coger el tren
    diariamente para ir camino a su instituto. En todo el trayecto a Aria le gustaba
    leer interesantes libros y ver los hermosos paisajes.
    Un lluvioso día de invierno, Aria fue a la estación de tren para así llegar lo antes
    posible a su destino. Su sorpresa fue que al entrar a la vagoneta solo había un
    chico, alto y joven, algo que era raro, ya que todas las mañanas los trenes se
    encontraban a rebosar de gente.
    La chica haciendo un gran esfuerzo dada su timidez decidió sentarse al lado
    del misterioso chico.
    Unos minutos más tarde se encontraban los dos adolescentes charlando de
    diversos temas que a ambos les interesaban.
    Aria, en poco tiempo logró descubrir variedad de datos sobre el chico, se
    llamaba Raúl, tenía su misma edad y este era su primer día en la ciudad.
    Estuvieron gran parte del viaje hablando y riendo.
    A partir de ese día Aria y Raúl se veían todos los días en el tren y disfrutaban
    de cada segundo del trayecto. A partir de ahí descubrieron que el tren era el
    símbolo de su bonita amistad.

    Lucía Balsalobre Carrasco, 2ºCX.

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  142. MIEDOS SOTERRADOS.
    Siento miedo viajar en el AVE, su velocidad, otros accidentes, mi experiencia al alejarme de mis padres, lanzarme a la vida yo sola. Entro en el túnel del soterramiento, sigo mis pasos entre ecos del silencio de ese túnel y veo lo lejos una luz por la que accedo a una visión de la realidad distinta a la habitual. En ese momento siento aquel miedo que sufría de pequeña cuando mi madre me obligaba a montarme en el tren de la bruja para que acompañar a mis hermanas pequeñas. Introduciendome en aquel túnel oscuro oía gritos de niños iguales los que ahora escuchaba de los manifestantes del soterramiento. Estot en el AVE a Madrid. He logrado controlar mi ansiedad y los árboles pasan veloces persiguiendo la sombra del tren que cruza la Mancha. Llego a una curva, el tren no frena y me lanza hacia mi destino. Veo a mi alrededor la catástrofe y la muerte. Afortunadamente un silbato atruena en mi cabeza y el guardia de seguridad del soterramiento me siga con el foco frío intenso de su linterna que pone fin a mis alucinaciones.
    SABINA MARTÍNEZ 1C BACH

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  143. MIEDOS SOTERRADOS.
    Siento miedo a viajar en el AVE, su velocidad, otros accidentes, mi experiencia al alejarme de mis padres, lanzarme a la vida yo sola. Entro en el túnel del soterramiento, sigo mis pasos entre ecos del silencio de ese túnel y veo lo lejos una luz por la que accedo a una visión de la realidad distinta a la habitual. En ese momento siento aquel miedo que sufría de pequeña cuando mi madre me obligaba a montarme en el tren de la bruja para que acompañar a mis hermanas pequeñas. Introduciendome en aquel túnel oscuro oía gritos de niños iguales los que ahora escuchaba de los manifestantes del soterramiento. Estoy en el AVE a Madrid. He logrado controlar mi ansiedad y los árboles pasan veloces persiguiendo la sombra del tren que cruza la Mancha. Llego a una curva, el tren no frena y me lanza hacia mi destino. Veo a mi alrededor la catástrofe y la muerte. Afortunadamente un silbato atruena en mi cabeza y el guardia de seguridad del soterramiento me siga con el foco frío intenso de su linterna que pone fin a mis alucinaciones.
    SABINA MARTÍNEZ 1C BACH

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  144. MIEDOS SOTERRADOS.
    Siento miedo a viajar en el AVE, su velocidad, otros accidentes, mi experiencia al alejarme de mis padres, lanzarme a la vida yo sola. Entro en el túnel del soterramiento, sigo mis pasos entre ecos del silencio de ese túnel y veo lo lejos una luz por la que accedo a una visión de la realidad distinta a la habitual. En ese momento siento aquel miedo que sufría de pequeña cuando mi madre me obligaba a montarme en el tren de la bruja para que acompañar a mis hermanas pequeñas. Introduciendome en aquel túnel oscuro oía gritos de niños iguales los que ahora escuchaba de los manifestantes del soterramiento. Estoy en el AVE a Madrid. He logrado controlar mi ansiedad y los árboles pasan veloces persiguiendo la sombra del tren que cruza la Mancha. Llego a una curva, el tren no frena y me lanza hacia mi destino. Veo a mi alrededor la catástrofe y la muerte. Afortunadamente un silbato atruena en mi cabeza y el guardia de seguridad del soterramiento me ciega con el foco frío e intenso de su linterna que pone fin a mis alucinaciones.
    SABINA MARTÍNEZ 1C BACH

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  145. Love is endless:
    Se dirigía hacia el principio del fin; el principio de una nueva vida, y el fin de su relación. Eric, él siempre había sido el chico de sus ojos, su única fuente de luz, el amor de su vida.
    Ya estaba camino a la estación, y tenía la cara roja de frustración y miedo, pero sobre todo de tristeza. No podía creer que fuera a terminar aquella época, él no quería.
    Cuándo llegó, vio a decenas de personas riendo y charlando alegremente. Les tenía envidia, sí. Definitivamente se la tenía. Su corazón le decía que jamás encontraría a nadie como él, pero su cabeza le decía que no había de qué preocuparse, que todo iba a estar bien.
    Subió al tren, y aprovechó que había un asiento libre para sentarse. O bueno, estaba libre hasta que un chico de cabello castaño se sentó a su lado. Richard ni se había percatado, no hasta que Eric colocó sus manos en su cuello y lo besó delicadamente.

    -¿Eric? Creí que tú... Pero...
    -Sé que me enfadé contigo, que no quería acompañarte a Canadá, pero no pude estar sin ti ni un día. Quiero que nuestro amor sea infinito.

    Laura Frutos 2°A

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  146. *EL NIÑO DEL VAGÓN*
    Esperaba que cuando llegáramos el tiempo hubiera mejorado. Los relámpagos iluminaban el cielo. Casi toda la gente dormía, yo aún estaba despierto cuando algo llamó mi atención.
    Al fondo del vagón una pequeña silueta empezó a caminar, pensé que era un niño y lo seguí. La gente dormía y nadie se percató, lo alcancé. Era un niño pequeño, le pregunté a dónde iba y me dijo que su madre estaba en el siguiente vagón.
    Entonces me giré, el niño siguió andando. De pronto me percaté; ese era el último vagón. Miré hacia atrás y vi como la puerta del mirador se cerraba. Cuando llegué no había nadie. Entre dentro para pedir ayudar y conté lo sucedido, la policía lo buscó pero no encontró nada. Nadie echó en falta al pequeño, ni siquiera aparecía en la lista de pasajeros.
    MANUEL RODRÍGUEZ ALCARAZ 1C BACH

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  147. *EL CANAL DE LA MANCHA*
    Erasé una vez, un tren que viajaba desde Francia hasta Reino Unido, eso podría causar miedo y angustia en algunas personas pero a Ismael no le importaba estar a 40 metros bajo el mar, es más le hacía ilusión así pues inició su viaje desde París hasta Londres en el camino tuvo algunas dificultades pero todo se solucionó.
    Una vez ya bajo el mar lejos de llegar y a la vez lejos de volver empieza a notar como el aire se humedece y a oír crujidos que provenían del cemento protector seguido de esto vio como el pasillo del tren se iba inundando rápidamente el no sabía que hacer por qué estaba cabreado por las dificultades al entrar y no hizo caso a las indicaciones en caso de emergencia así murió solo y triste.
    Maksim Raychov 1°BACH A

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  148. Desde el otro lado.

    He vivido toda mi vida al otro lado de las vías. He crecido escuchando el sonido del tren, el temblor que producía cada vez que se alejaba, y el rastro de silencio que dejaba después de que lo viera pasar de largo por mi ventana.
    Recuerdo perfectamente ese muro de piedra que separaba las vías del tren de los edificio y como ahora ya no está. Después de varios años he podido entender que así soy yo, como un tren, sin muros que me hagan frenar mil impulsos, dejando atrás el pasado sin mirar atrás y sin importarme el ruido que pueda llegar a hacer.
    Paula Garay Gil 1°BACH C.

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  149. Todo estaba oscuro, el panorama era lúgubre y tétrico. Permanecía sentada en una esquina del vagón, observando mi alrededor confundida y preguntándome qué había hecho para estar en la situación en la que me encontraba. A mi derecha yacía mi madre, aún con manchas de sangre en el vestido y aturdida por el hambre y la sed. A mi izquierda, mis dos hermanos pequeños llorando por no saber qué pasaba. Enfrente, otra familia en las mismas condiciones que nosotros. De vez en cuando pasaba un señor armado con un fusil y vestido de uniforme a darnos agua y pan a las personas de los vagones. Yo me seguía preguntando qué habíamos hecho, a dónde íbamos a parar y cuánto tiempo faltaba para pisar el suelo.
    Habían pasado cuatro días desde que subimos a ese tren con un montón de personas desconocidas probablemente igual de desorientadas que nosotros. Nuestros pies al fin tocaban el suelo, hacía un día soleado y parecía una buena noticia. Pero todo se tornó gris cuando los mismos señores con uniforme me separaban de mi familia y nos dividían por grupos para raparnos las cabezas y darnos un traje de rayas.
    Luisa González Llamas 2ºBach

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  150. Aún sigo teniendo esa imagen en mi cabeza. Todas las mañanas voy a la estación para ir al trabajo. Espero sentada desde las siete al tren, siempre en el mismo andén, ese andén en el que vi a esa persona por última vez. Aquel día, la silueta de ella en el tren se hacía cada vez más y más pequeña hasta el punto que desapareció, y esa silueta no la volví a ver nunca más. Y es que la vida es eso. Un tren al que se suben personas en los vagones y cada vez van haciéndose más pequeñas hasta llegar al punto de desaparecer, dejar de existir por completo para otros. No puedes vivir siempre subido en el mismo vagón, y quizás fue lo que le pasó a esa persona que vi por última vez en aquel andén. No desapareció, simplemente cambió de vagón. Una persona no deja de existir si tú no quieres, y es precisamente eso lo que me pasó a mí. Esa persona, ya no está en mi vagón, y aunque pasara hace años, nunca dejó de existir en él.

    Claudia Pastor Hernández 1°A Bach.

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  151. La Noche Misteriosa

    Ahí estaba ella, Katherine. Caminando por la calle cuando de repente vio a un chico detrás suya. ¡La estaba persiguiendo! Ella empezó a correr, pero la pilló. ¡Era su compañero de clase, Kevin! Qué alivio le dio.
    Desde esa noche no pararon de hablar. Un día, Katherine se fue a su casa a cenar. Mientras él preparaba la cena, ella le dijo que se iba al baño, lo cual era mentira. Quería encontrar algo gracioso sobre él, encontró un diario. Había un plan para secuestrarla y torturarla escrito el día de aquella noche. Katherine lo dejó y salió. Le dijo que le dolía la barriga y sería mejor que se fuese a casa. Cuando salió, empezó a correr. Por la calle, oyó un silbido, ¡era él! Sabía que se había enterado. Ella empezó a correr aún más para llegar hasta la pasarela y avisar a alguien. Cuando llegó, no había nadie y Kevin estaba cerca suya, subió por las escaleras. De repente la pilló. Ella, le dio un beso para confundirle, le pisó el pie y se puso tras él, inconscientemente lo tiró a las vías del tren. El tren acabó con él.

    Mariano López Rusu 3AX

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  152. Miré hacia el lado derecho y estaba él allí, leyendo un libro.De repente cerró el libro de una forma violenta, me miró seriamente y después me sonrió sutilmente. Yo no sabía qué hacer, estaba muy nerviosa porque era él el hombre con el que siempre había soñado.De repente pasamos por un túnel y se quedó todo a oscuras.Se terminó, miré a su sitio y no había nadie, giré la cabeza al otro lado y ahí estaba él.Me empezó a hablar y me pareció muy interesante conocerlo a pesar de la mirada tan seria que me había echado.El tren hizo su primera parada y ahí se bajó él sin decirme absolutamente nada.Ya no volví a verle más.En ese momento se me había pasado una etapa de mi vida en un abrir y cerrar de ojos.
    Nayara Tornel García 2BX.

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  153. EL VIAJE INOLVIDABLE

    Esta historia comienza en un día de lluvia, con muchos truenos y relámpagos, los cuales me asustaban muchísimo.
    Estaba buscando un medio de transporte seguro, para poder llegar al monte Lot, donde vivía mi mejor amiga, que estaba muy enferma. A causa de esta tormenta tan terrible no conseguía llegar a la estación de tren. Una vez allí me dijeron que había un retraso de dos horas a consecuencia del mal tiempo. Me puse muy nerviosa, pues mi amiga esperaba impaciente mi visita.
    Cuando por fin pude subir al tren y, al cabo de media hora de viaje, tuve una llamada que nunca olvidare: mi gran amiga Lucia había muerto. Lloré y lloré sin consuelo, estaba desesperada por no haber podido llegar a tiempo.
    Al llegar a su casa no me lo podía creer. Vi el cuerpo de mi gran amiga sin vida, me estremecí y corrí hacia su lado, la cogí de la mano y le dije que estaba ahí a su lado.
    Me quede con sus padres tres días hasta que la enterramos y nos despedimos de ella.

    Verónica Zarandiete Franco 2ºC

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  154. Lucía Rodríguez Guillén 1ºA Bach19 de febrero de 2020, 7:39

    EL PARALELISMO DE LA VIDA
    Un deseo me impulsa a entrar, sólo hay tres acompañantes dentro con los cuales parece que tengo un vínculo muy especial, así que no hay de qué preocuparse. Cada día tengo más confianza en ellos y cada día también se incorpora alguien nuevo que enriquece mi interior. Parece que es la primera vez que veo a esas personas, vigilando y enseñando cosas, cosas que creo que aumentarán mi conocimiento para el futuro. Me asomo por las ventanas y veo el paisaje, dos caminos que se acercan cada vez más y más. ¿Debo elegir? Sí, creo que sí. Si lo hago mal no importa, todo se solucionará. ¿Nuevos acompañantes o los mismos? Optaré por lo primero, no tiene nada de malo probar cosas nuevas. Tengo que ser la guía de estos nuevos acompañantes y mi propia guía, así que será complicado esta vez, cuidando de mí y de los demás, cuando antes sólo lo hacía de mí. Los ya no tan nuevos acompañantes están empezando a ser más independientes de mí y deben elegir al igual que lo hice yo. Ahora que veo sus caminos puedo ver lo que significa todo. Es un viaje en tren en el que empiezas con tus padres y hermanos guiándote, se incorporan nuevas personas que quizás no vayan a estar siempre, y a otras las guías tú hasta que te bajes en la estación para comenzar otro viaje.

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  155. ‘’Andrés te tenía un cariño especial’’, eso me dicen mis padres cuando escuchan el fuerte estruendo del tren acercarse y recuerdan la tragedia ocurrida cuando yo apenas tenía 6 años.

    Era único, de esas personas que pasan por tu vida y dejan una extraña pero agradable marca, según he oído. Desde que nací, aquel hombre sintió una inusual conexión conmigo, sin embargo, no era una persona feliz. Andrés no tuvo una vida fácil, su padre se había suicidado arrojándose a las vías del tren una mañana de invierno y la constante soledad no lo dejaba vivir. Por ello, solía gritar a los cuatro vientos, audazmente, que algún día él también acabaría con su vida, algún día él también se lanzaría a aquel tren.

    Así, una tarde de primavera, mis padres reciben una llamada: ‘’Oigo al tren acercarse, voy a saltar’’. Eso fue todo, después de aquel mensaje solo recuerdan pasar horas en el hospital, rezando en vano para que Andrés no se diera por vencido.

    Me cuesta recordar a aquel hombre, como si fuera un espectro lejano. No obstante, me sorprende sentir con él la misma conexión que él sentía conmigo en vida, sobre todo cuando oigo al tren acercarse.

    Ariadna Orenes Albadalejo 2ºBACH

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  156. Ojalá hubiese sido el sol rozando mis párpados lo que me hubiese hecho despertar, en vez del chirriante ruido de una sirena. Me dirigía a mi ciudad a pasar las vacaciones de Navidad en casa y otra decena de estudiantes iban conmigo a bordo, así que todos nos mirábamos con pánico al escuchar la sirena de emergencia. Algo iba mal, pero a través de la megafonía alguien trató de mantener la calma sugiriéndonos permanecer en nuestros asientos, pero ¿cómo acatar aquello? El tren se movía a una velocidad espeluznante, casi todos veíamos llegar las desgracias, sin embargo, estábamos sentados en nuestros asientos.
    “¿Y si huimos por allí?” Alguien sugirió, señalando una de las puertas del vagón. La mayoría discrepó, queriendo seguir el mandato dado. Solo unos cuantos estábamos dispuestos a saltar del tren y tragarnos los comentarios del resto.
    Éramos siete, y yo solo podía pensar en mamá y la cena de Navidad en medio de aquel prado, hasta que se escuchó la gran explosión que nos confirmó a todos que habíamos tomado la mejor decisión de nuestras vidas.
    Por adaptarnos tal y como nos habían enseñado a un sistema opresivo, cumpliendo las órdenes de “superiores” y poniendo nuestras vidas por delante, todos estábamos destinados a morir ese día.
    Porque nunca hemos importado lo suficiente.

    NOOR JAHAN CHAOWDHARY BEAUTY 2ºB BACH

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  157. DESTINOS
    Yo estaba en casa de mi abuela esperando a mamá. Vino a las tantas y nos recogió para cenar. En la cena nos contó que había comprado un bonito lugar donde se podía dormir, donde nos podíamos relajar.
    Al día siguiente fuimos a ver nuestra nueva casa. Me sorprendió ver que mi prima, ya casada, tenía su casa al lado de mi puerta.
    Pasaron días y días, semanas y semanas, meses. Y la esperada noticia llegó: mi prima está embarazada y venían dos niños. Yo estoy ansiosa y se me hace una eternidad la espera. Tengo ganas de verlos, cuidarlos, cogerlos, mimarlos. Pero para eso quedan cuatro largos meses.
    Ya instalados en nuestra casa, esa tarde, en mi habitación, mirando por el cristal de la ventana me sobresalte al oír pasar el tren. En ese instante, comprendí que aquel tren era como la noticia de mi prima Thalía y sus gemelos. Impactante y emocionante: si no has visto ni viajado en un tren, te aconsejo que cojas uno y viajes lejos de tu casa, de tus amigos, de todo aquello que ya está más que visto y que ya no te motiva.
    Mi prima también había cogido un tren y os aseguro que llegó a su nuevo e inspirador destino.

    Carmen Santiago Fernández. 1º D –Compensato

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  158. EL TREN ROJO Y NEGRO
    Hubo un tiempo en que existiò un tren y su conductor,llamado Alfredo. Eran normales,pero un día de 1924 hubo un accidente.No paso nada grave , o eso creía: solo se descontroló un vagón . Desde ese día Alfredo se portava extraño, como si fuera otra persana, se iba a las 3am. y consigo se llevaba una azada y una bolsa de carbón. Todas las noches se escuchaba el tren . Tambien en otras ocasiones, hablaba solo como si hubiera otras personas.Hablaba de un tren rojo y negro. Sin duda , pensé que él estaba loco y yo , como su hermano me preocupo por él.
    Vivíamos en un pueblo cerca de la ciudad.Un día fui a la ciudad, donde quedé con un amigo. Él me sacó el tema del accidente y me dijo que murieron todos. Le dije : no puede ser, siempre lo veo .Él exclamó!ESTÁS LOCO!

    Víctor Alfonso Ortiz Reynaga 1ºESO/D

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  159. Hola me llamo Juan y tengo 12 años. Al lado de mi casa hay a estación de trenes abandonada. Está vigilada por seguratas, pero este año han intentado arreglar la estación, y mientras estaban en obras se encendió el tren y los atropelló a todos. Salió por las noticias . Así que me fui para allá con mi amigo Lucas. Cuando estábamos entrando vimos el tren con sangre y nos asustamos. Salimos por patas, pero de repente se apagaron las luces, luego se volvieron a encender y desapareció mi amigo Lucas. Me asusté tanto que me caí y me quedé inconsciente.Cuando me estaba despertando vi a un payaso cortando la la boca a mi amigo Lucas. Se dio cuenta de que me había despertado y el payaso fue a matarme y me mató. De repente me despierto y todo era un sueño. Menos mal que todo era un sueño



    Jesús García Franco 1. ESO-D

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  160. EL TREN Y LA NATURALEZA

    Paula Patkany
    1º D


    Cuando tenía ocho años mi padre me llevó en un tren que era muy bonito. Pasaba por un puente maravilloso y debajo había un río que brillaba. Mi padre me dijo que aún me llevaría en el tren y me sigue llevando. He pasado p or encima del puente. Sentí que se iba a caer o romper el puente, pero no se rompió. Cada vez se oía el agua, cómo iba en la cascada. Ahí abajo tenía un montón de flores, árboles, animales, etc. Pasaba un montón de miedo porque parecía que se iba a caer o romper un trozo de arriba, pero poco a poco nos íbamos alejando de las montañas y después de unos segundos desaparecieron de la vista. Mientras tanto, yo estaba hablando con mis padres. Mi padre me decía que algún día me llevaría a un sitio donde hay muchos trenes grandes y bonitos. Mientras el tren iba tan tranquilo, yo estaba durmiendo, soñando cómo iba aquel río tan grande en olas y las cascadas cómo caían, con un sonido que sonaba tan fuerte que hasta los animales se habían asustado. Las flores cada vez las estaban estropeando con gotas pequeñas, y se iba abriendo y eran más bonitas de lo que parecía.

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  161. ¿Qué ocurre?
    Era una mañana de verano. Todos mis compañeros y yo estábamos impacientes porque nos íbamos a Madrid en tren, todos estábamos contentos pero Ángel parecía preocupado.
    Me acerqué y pregunté.
    -Ángel, ¿qué te pasa? Pregunté.
    -Nada, es que ayer leí un libro que se titulaba ”El tren fantasma”. Respondió Ángel.
    -Entonces ¿qué te pasa? Insistí.
    -Uf…verás me da un poco de miedo de que nos toque dicho tren. -Dijo con un tono miedoso.
    -Pero eso es ciencia ficción. Dije confiado.
    -Ya… o no. -Dijo con expresión pálida.
    Entonces vi el tren llegar y todos empezamos a gritar de alegría, menos Ángel, que me dijo.
    -Fíjate en el número, es el mismo que el del libro.
    Todos entramos y nos sentamos en nuestros asientos a esperar a que llegáramos.
    Me dejó pensativo lo que me dijo Ángel y fui a preguntarle qué pasaba en la historia. Pero antes de llegar al sitio de Ángel se escucharon varios gritos. Todos fuimos a ver qué pasaba pero al llegar… ¡No había nadie en el vagón! Entonces Ángel dijo: "está pasando lo del libro".
    Yo, dispuesto a averiguar qué había pasado, me di cuenta de que era una broma de mis compañeros.
    Andrés Monerri Moreno 1ºA

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  162. El tren y Sofía

    Sofía era una niña pequeña, ella tenía una gran dificultad: iba en silla de ruedas.
    sofía, como todos los días tenía que pasar por la pasarela ya que ella vivía en Murcia, siempre subía por el ascensor porque no podía subir por las escaleras. Cada vez que subía por el ascensor notaba como el tren pasaba a su hora exacta, a veces se quedaba miranda las vías del tren hasta que llegara el siguiente.
    Un dia muy nublado, Sofía, como todos los días, tenía que pasar por la pasarela, así que se preparó y se dirigió hacia ella, pero los ascensores estaban averiados. Buscó alguna manera de poder subir y contemplar aquellos trenes que tanto le gustaban. Cuando se dio cuenta de que no podía subir, pidió ayuda a las personas de alrededor, pero nadie le hizo caso, ni la miraron, por eso al ver que no los podía ver, se asomó a las vías del tren, ella estiró su brazo y cuando el tren pasó se la llevo. En ese momento se dio cuenta de que era un fantasma: por eso nadie le hacía caso.

    CRISTINA RIVAS ESTEPA
    2º ESO B

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  163. LA DIVISIÓN


    Comenzaban la década de los años treinta, el daño causado por el Crack del 29 se iba restañando, pero el dolor y la penuria aun agudizaban en numerosas localidades españolas, siendo la llegada del ferrocarril la única esperanza a la que aferrarse.
    Sin embargo, esto no ocurriría de la misma manera en Murcia, esa pequeña ciudad al sur del país, aún mayoritariamente agrícola y poco avanzada.

    Vivían en un barrio del sureste innumerables familias que se desplazaban al norte, de domingo a domingo, para trabajar y así poder subsistir. Pero esto pronto cambió con la inauguración de la estación de tren, pues, con el fin de evitar accidentes e incluso la destrucción de la maquinaria se construyó un titánico y monstruoso muro que significó la división de la ciudad de Murcia.

    Los Pérez Castejón y los Iglesias Esturrión, humildes jornaleros, fueron los primeros en manifestar su desacuerdo y percatarse de que la ruptura del pueblo en dos era una tragedia, principalmente para los habitantes del sur. Cientos de personas se reunían cada noche y gritaban al unísono “¡No al muro!”, hasta que la noche del 3 de Octubre, hartos de sandeces, decidieron actuar por la fuerza.

    -¡Pablo! Voy a proponerte algo, ¿Qué te parece si intentamos tirar el muro abajo de una vez?.
    -¡Sí!, llamemos a todos y llevémoslo a cabo, no podemos permitir esto.

    Acto seguido el muro y las vías eran puro caos, entre todos consiguieron derribar gran parte del muro, y tras bastantes conflictos con los policías y los secuaces de los caciques lograron su objetivo, con la infortuna de que murieron estos grandes amigos revolucionarios.

    Años después, tendría un suceso similar con la llegada del AVE, el barrio de Santiago el Mayor lucharía para evitar su aislamiento del resto de la ciudad hasta conseguir el soterramiento.



    Manuel Marín Pérez 2·C

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  164. Era un día un poco diferente a los demás, debido a que íbamos a ir a una excursión un poco lejos del instituto. Nunca me ha subido a un tren, para mí era increíble ya que no había estado en uno antes. Cuando era la hora de marchar estaba muy emocionado. La sensación era muy diferente a un autobús o a un coche. En el viaje hablé con mis amigos, pero decidí dormirme. Al despertarme me dio una ligera sensación a vacío, sentía que faltaba alguien y estaba en lo cierto faltaban dos personas, en ese momento no pensé en donde estaban, pensé en cómo podían haber desaparecido. Todavía quedaban más o menos 15 minutos, en ese tiempo pensé en posibilidades, pero, aunque lo pensé mucho no pude, un rato después empecé a escuchar gritos y pasos muy fuertes, y mi mente pensó en un secuestro o algo parecido

    Joaquín Medina Ferre 2ºBX

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  165. Me embarqué en un viaje en tren, de Murcia a París. Entré al segundo vagón y me senté en un sitio cualquiera, al lado de una ventana.
    A lo largo del viaje, no pasó nada interesante hasta que en un túnel muy oscuro se escuchó un disparo; al salir del túnel se vio a una mujer tendida en el suelo cubierta de sangre. Un hombre fue corriendo al lado de la señora : ¡¡¡¿por qué?!!!.
    Hasta hoy, todavía me pregunto qué pasó en el vagón del tren. La muerte de esa señora salió en la televisión, en la radio y en el periódico y aún no se sabe quién causó aquel asesinato en aquel viaje en tren.

    Hugo de Andrés 2ºBX

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  166. Me encuentro yendo a no sé dónde, no sé cuándo, solo sé cómo, en tren. El tren es ese lugar donde puedo dejar de preocuparme por todo y poder soño todo tipo de fantasías y realidades alternativas, un posible futuro no muy lejano, pero maravilloso, y también podría ser catastrófico y desolador. Unos de esos posibles futuros es ser maquinista de mi propio tren, estoy estudiando y preparándome para poder serlo en un futuro no tan cercano. Me sienti orgulloso de pensar que voy a hacer algo importante para nosotros, los humanos, al no contaminar con este vehículo y no haciendo dañi al medioambiente. Por este motivo el tren es mi medio de transporte transporte favorito.

    Jose Miguel Molina García 4°B

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  167. Me levanto y miro el reloj, son las 03:32 de la madrugada.
    El causante de haberme despertado es un pitido ensordecedor. Aprovecho para revisar los mensajes que me mandaron después de dormirme; no es nada importante. Intento volver a dormirme, pero vuelve a sonar un agudo pitido, <> pienso, aun así me obligó a mí misma a dormirme de nuevo.
    Me vuelvo a despertar, esta vez es la alarma del móvil. Ya se nota es frío típico de enero, así que enciendo la pequeña estufa de mi habitación para vestirme. Me termino de arreglar y salgo corriendo de casa. Últimamente tardo más en llegar a clase por culpa de la pasarela que han puesto para soterrar las vías del tren. El cielo está cubierto por nubes,pero unos cálidos rayos del sol se cuelan entre ellas. Llego a tiempo al instituto, me siento en mi pupitre y sacó mis cosas. Nuestra clase está cerca de las vías y el tren se mezcla con nuestras voces al pasar.
    El tren ya forma parte de nuestra vida.
    Leonor Martínez Huerta 2°Bx

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  168. Nerea Pazos Boix 1ºA BACHILLER19 de febrero de 2020, 11:05

    QUÉ VELOCIDAD.
    Nueve minutos sentada en la estación llevaba cuando llegó aquel tren. Las puertas del vagón se abrieron y me apresuré a entrar en él con lágrimas en los ojos, sabiendo que no volvería a aquel lugar. Me senté en mi asiento, me sequé las lágrimas con las manos y me dispuse a observar todo lo que me rodeaba. Mirara a la persona que mirara recibía una radiante sonrisa. Después de un par de paradas comencé a buscar respuestas para todas las preguntas que rondaban en mi cabeza. Gracias a los que iban conmigo en aquel vagón las encontré y aprendí las cosas más importantes del viaje. Un día decidí darme un paseo por el tren y conocí a gente con la que, aunque en un principio no tuviera nada en común, conectamos de una manera fugaz, me enseñaron cosas nuevas y, cuando estábamos juntos las alegrías se multiplicaban y las preocupaciones desaparecían. Fue entonces cuando me di cuenta de que ese viaje era mi vida, la gente de mi vagón mi familia, y los que me encontré durante el paseo mis amigos.

    Parece que me acabo de subir a este tren y ya llevo dieciséis paradas dentro de él, qué velocidad.

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  169. Eran las 3 de la mañana, una noche de fin de semana cualquiera en el barrio me encontraba yo deambulando por las calles y esperando encontrar respuestas, recuerdo la cara de Julián puesta entera de rojo por las luces de la discoteca pero nada más, solo sé que me desperté hace dos horas tirado en el suelo y sin la cartera.
    Cuando por fin conseguí ubicarme un poco encontré mi coche, intenté abrirlo pero estaba tan mareado que se me cayeron las llaves dos veces. Me monté y pregunté por las calles a la poca gente con pinta decente que pasaba si sabían llegar al barrio que estaba al lado de la estación de tren.
    De repente la vista borrosa, la fatiga y el mareo hicieron que no pudiese conducir, cuanto me arrepentía de haber bebido esa basura. Una luz y las campanas de una iglesia comenzaron a invadirme, yo seguí hacia adelante con el fin de que se me pasara ya todo esto y poder llegar a casa, tristemente la luz se acercó más y el fuerte pitido del tren fue lo ultimo que escuché, no eran campanadas sino la vía y yo por estar tan borracho acabé muerto y algunas personas que iban en el tren tuvieron el mismo final por mi culpa. ¿Mereció la pena?
    Alejandro Belando Jiménez 1ºA Bach

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  170. Érase una vez una niña sorda que vivía con su madre y su padre, un día la niña llamada Sara tenía que irse al colegio , ella no le gustaba el cole porque le hacían bullying entonces ella se cansó y se lo dijo ha sus padres, sus padres tomaron una decisión y era cambiarle de cole , ese cole estaba tan lejos que tenía que tomar un tren para ir al cole cuando llegó el día de irse ha su nuevo colegio tomo un tren y se fue ella sola se sentó en el tercer vagón la cuarta fila , al sentarse cogió un libro y empezó a leer en la siguiente parada subió un muchacho de la misma edad de Sara y sento al lado suya cuando Sara se enteró que alguien estaba al lado suya se sonrojo , el muchacho empezó ha hablarle a Sara y Sara vio que sus labios se movían y que le estaba hablando y le dijo en signos que es sorda , el muchacho se sorprendió pero resulta que él sabe hablar con signos porque su padre es sordo entonces se fueron encontrado todos los días en el mismo tren y se enamoraron.
    Ikram1°B.X

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  171. Hace muchos años, en la ciudad de Dudinka, alguien tuvo la idea de crear un tren que permitiese a los habitantes ir a la capital rápidamente. El único problema de esta idea era decidir dónde construir la estación. Algunos decían al Norte, otros al Sur, otros al Este y unos últimos al Oeste. Por ello, para contentar a todo el mundo se decidió construirla en el centro de la ciudad y por motivos de seguridad constuyeron un muro doble que separase la vía de los habitantes.
    Todo esto trajo problemas: la demolición de las ciudades que estaban por donde pasaba la vía, división de la ciudad y división de opinions entre los habitantes. Con el paso de los años, la ciudad se dividió hasta llegar al punto de independizarse la una de la otra. Era tal la enemistad entre ellas que había gente que hablaba de una futura guerra. Pore so, un día se decidió destruir el muro y constuir una estación al Norte, otra al Sur, y lo mismo con el Este y el Oeste. La ciudad se volvió a unir. Se dieron cuenta que finalmente lo barato, que era construir una estación, les salió caro.
    Daniel López 1ºBach A

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  172. EL TREN(el ave)

    Erase una vez un barrio llamado Santiago el mayor un gran barrio lleno de gente humilde y un barrio unido, lleno de felicidad y amor. Los niños jugando en sus queridos parques, los jovenes aprovechando el tiempo y los adultos y la gente mayor disfrutando de la vida y sin ninguna preocupación.
    Hasta que llego el ave una especie de tren de altas velocidades,no tiene es ese nombre por que puede volar si no porque tendremos que atravesar sus muros como aves de ahí viene su nombre. El ave intenta dividir nuestra gran ciudad y nuestro barrio que desde siempre han estado unidos.Sus molesta y costosas obras de gran coste económico no nos deja apreciar el sonido de nuestro gran barrio(pájaros,niños jugando,conversaciones etc.), sino solo escuchar las grandes y molestas maquinas de obra y además estas grandes obras solo ensucian todo su alrededor y nuestras grandes calles que ni se molestan en limpiarlas.
    Y todo ello para que las grandes empresas inversoras tengan su beneficio y nosotros nuestro barrio y nuestra preciada ciudad divididos.
    MOHAMED BAKKA 1ºA BACHILLERATO.

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  173. “Estás esperando un tren, sabes donde quieres que ese tren te lleve, pero no donde te va a llevar y en realidad no te importa porque…estaremos juntos”. Aún puedo recordar su voz, puedo recordar su tono encantador cuando me hablaba con los labios rozándome la oreja. Si cierro los ojos y me trago las lágrimas, todavía puedo contar nuestra historia. Ambos cogíamos el mismo tren de lunes a viernes, yo solía esperar con ansias verte subir y sentarte en aquel vagón. Cada vez que te veía deseaba ser un poco más guapa o al menos un poco más lista para atreverme a hablarte; me miraste, suspiraste y por fin te sentaste a mi lado. Durante todo ese tiempo pensaba que ojalá el tren no parase nunca, creía que podíamos caer a un vacío y daría igual porque estaríamos juntos. Si me hubiesen avisado de que aquel viernes iba a ser la última vez que te sintiese sentado a mi lado jamás me habría bajado. Cuando me enteré de que me habías dejado no me lo podías creer, de hecho me pasé todo el fin de semana esperando que todo hubiese sido una pesadilla y encontrarte el lunes, pero eso nunca ocurrió y no he sido capaz de vivir sin ti, por eso me encuentro aquí tumbada, apunto de entrar,por primera vez sin miedo, a un túnel de eterna oscuridad repitiéndome tus palabras. “ Estás esperando un tren, sabes donde quieres que ese tren te lleve, pero no donde te va a llevar…”.
    Juliana Sainz 1ºBACH A

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  174. EL CUARTO VAGÓN

    Era un día cualquiera, como todos los demás, con la misma repetida y aburrida rutina.
    Por la culpa de un atasco me retrasé, así que corriendo bajé del coche, y me subí al tren. Este arrancó y en la siguiente parada se subió un chico que me preguntó si el asiento que había a mi lado estaba libre, y yo afirmé. Había estado viendo a ese chico durante meses y quería hablar con él desde hace tiempo, pero no había tenido la ocasión, hasta ahora. No era un chico de película como Brad Pitt, pero yo veía en él algo especial que me atraía muchísimo. Cuando se sentó a mi lado, notaba cómo los latidos de mi corazón aumentaban a gran velocidad. No me lo podía creer, ¡era él! Comenzamos a hablar y podía apreciar de cerca cómo el sol atravesaba la ventana y hacía que su cabello castaño claro y sus ojos color miel brillasen más todavía. Finalmente, cuando nos bajamos, nos dimos nuestros números de teléfono.
    Ese día fue el más feliz de mi vida, por eso aquel tren, y aquellos asientos en la tercera fila de la derecha del cuarto vagón, significan tanto para mí. Nunca olvidaré aquel romance.

    Andrea Pérez Garnés 1ºA - Bachiller

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  175. Juan y la locomotora perdida
    Érase una vez, un niño llamado Juan que vivía en el campo
    y siempre estaba jugando. Un día, Juan se montó en su
    bicicleta y se quedó dando vueltas paseando hasta que
    escuchó un ruido entre los arbustos, fue a buscar y
    encontró un perrito abandonado, lo llevo a su casa y se lo
    contó a su padre. Al día siguiente, su padre le construyó
    una caseta.
    Juan se sentó en su cama pensando un nombre para el
    perrito y le puso Nano. Le hizo un collar con su nombre, y
    después de comer salieron a jugar. Un poco lejos de su
    casa, vio que Nano tenía un hueso y le dijo que lo
    enterrara. Nano, cavando con su pata chocó con un metal.
    Juan volvió a su casa, trajo una pala y empezó a excavar,
    mientras que Nano le ayudaba.
    Después de tanto excavar, descubrieron que esa gran cosa
    era una locomotora de un antiguo ferrocarril. Juan llamó a
    su padre, la sacaron, le construyeron unas vías y lo
    pusieron en marcha, sus vecinos montaron en él, les gustó
    tanto que lo anunciaron, venía tanta gente que se volvieron
    multimillonarios.

    Aiman Boukri 1 bx

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  176. Mientras un hombre joven y alto de rostro sereno esperaba un tren en la parada, se acerca un anciano de mirada desconfiada que parece ir al mismo sitio al igual que ese hombre.Una vez llegó el transporte, el chico deja caer su maleta sin ganas y sin parecer que le importase nada la vida.
    El anciano al ver esa acción del chico decidió sentarse a su lado para interactuar con él, y le dijo lo siguiente:
    ???:Disculpa joven ¿Cómo te llamas?
    Leo:Yo soy Leo,¿y usted?
    ???: Yo soy Virgo.
    Leo:Me refiero a Leonardo así me llamo.
    John:Yo soy John encantado. Percibo algo en ti que no es nada bueno y cuyo carácter desafiante significa que has tenido un pasado oscuro y que no quieres recordar,¿me equivoco?
    Leo:Razón no le falta.
    John:Puedes contármelo.
    Leo: Ya mi vida no tiene sentido, no le doy importancia a nada, no me fio ni de mí mismo,además,estar solo te hace entender muchas cosas.
    John:La esperanza es lo último que se pierde, pero ¿y si las cosas están por llegar? Date solo una oportunidad chaval. (Se va)

    Al paso del tiempo Leo tuvo una maravillosa familia.El nunca olvidará lo que hizo el anciano por él.

    Adrián Castillo Sanz 1*BC TÍTULO: Misterioso Encuentro

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  177. Por suerte o por desgracia

    Llegaba tarde. Mis pies corrían a toda velocidad por la carretera, esperando llegar a tiempo. Apenas quedaban minutos para que el tren zarpase y no podía dejar que mi hermana lo tomara sin mí. Se lo prometí; le prometí que nunca me separaría de ella. Me caigo y me doblo el tobillo, pero eso no impide que me levanté y continúe mi carrera. Sé que ella no quiere que la acompañe pero yo quiero hacerlo. Quiero hacer algo bueno por una vez; demostrar que valgo más de lo que creen, que pueden confiar en mí. Veo al tren partir y corro con más fuerza para alcanzarlo. Mi hermana me mira sonriendo, feliz de no haberme ido con ella. Me rehúso a dejarla ir y saltó. Mis ojos despiertan entonces. Me encuentro en una camilla al lado de mi hermana, sonando un pitido. Está muerta. Respiro agitadamente intentando calmarme. Respiro. Estoy viva. Y no quiero dejar de estarlo. Es entonces cuando me doy cuenta de por qué es mejor que los trenes solo pasen una vez.

    Gabriela Díaz Ortiz 1°A Bachillerato

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  178. UNA CIUDAD NUEVA

    Hoy os voy a contar una historia.

    Se trataba de una ciudad cualquiera de España que maltrataba el medio ambiente, y no hacía caso a las advertencias de los manifestantes hartos de eso. Un año después, en todos los dispositivos de la ciudad, se comunicó una advertencia del ayuntamiento de que habían contaminado demasiado la ciudad, y que si no hacían algo, tendrían que evacuar la zona.

    La gente desesperada empezó a reciclar como nunca y a cuidar la ciudad, haciendo que en el cabo de un mes, ya no hubiese peligro, aparte de que en ese periodo de tiempo, el ayuntamiento recaudó el suficiente dinero para construir un tren ecológico, que era el foco principal de la contaminación y la gente se quejaba de ello. Aquella ciudad cambió completamente, volviéndose mucho más limpia. Eso les sorprendió a los periodistas, así que decidieron publicar la historia por todos lados, incluso en la televisión.

    La historia se hizo famosa mundialmente, inspirando a otros países cuidar más el medio ambiente y construir también trenes ecológicos, y no solo trenes, están planeando hacer más transportes ecológicos, ya existen de por sí, pero los harían mucho mejores.


    Iryna Vasylchuk Vasylchuk 2CX

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  179. MIRADAS…

    Un frío día de invierno, mientras iba leyendo mi libro favorito montada en el tren de camino a Madrid, lo vi, allí estaba él, un chico de ojos azules y pelo marrón me estaba mirando. Se dio cuenta de que lo miré y en ese momento se me escapó una sonrisa, porque apartó la mirada demasiado rápido, como si nada.
    Sentí algo muy especial en él, pero no quise hacerme ilusiones, ya que solo lo había conocido de ese viaje y no sabía nada de él.
    Más tarde, por megafonía anunciaron la próxima parada, en la que él se iba a bajar, pero antes de irse, se acercó a mi asiento y me entregó un papel en el que ponía: ´´Nuestra historia empezó en un tren, pero no acabará ahí…´´

    Sofía Calderín 3ºAX

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  180. En esa estación;
    Paró de llover tan de repente. Al igual que tú, te fuiste con tu seco e inesperado adiós de esa estación de tren.
    En ese momento sentí que no volvería a verte más, no me equivoqué. Todo ya no era lo mismo, no me hablabas, no salíamos a pasear por ahí, ya no me amabas como antes. Para ti solo fui un vagón pasajero pero lo que nunca supiste de mí es que yo no era un vagón cualquiera, yo una vez que paso por un sitio no vuelvo a pasar, en este vagón te podrías haber quedado y hubieses llegado al destino adecuado, pero tú preferiste bajarte y subirte a otro que físicamente estaba muchísimo mejor que este feo y viejo vagón.
    Lo que tu no sabes es que las cosas antiguas tienen el doble valor de precio, so en n más frágiles y se rompen con más facilidad. Eso es lo que hiciste conmigo pequeño pasajero.
    -Locomotora locomotora donde me llevas?
    +Te llevaré lo más lejos de esta estación, vagoncito mío.
    -Gracias Mamá.

    CHRISTINA SOLER
    MOLINA 3ºB/X

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  181. Mi tren perdido
    Hola me llamo Ainara y hoy os voy a contar la historia de cómo perdí uno de los trenes más importantes de toda mi vida, es decir, mi abuela, como no volví a ver esos paisajes, no volví a parar en aquellas paradas y estaciones.
    Yo era una niña muy vergonzosa, hasta que empecé en un instituto nuevo. Yo siempre había estado cercana a mi abuela. Un día fui a su casa a comer, yo ya llevaba un par de meses en el instituto y notaba un cambio, me volví rebelde.
    Ella me pregunto por mi día como de costumbre yo enfadada grite de mala manera que me dejase en paz. Ella callada y resentida se fue. Así seguimos un par de semanas. Un día se hartó y rompió en lágrimas, no comprendía mi cambio. Ella me quería tanto. Yo me fui después de esto.
    Un par de semanas después me dijeron que había fallecido. Yo enloquecí. Ya no volví a ser la misma. Así se fue mi tren.
    PD. Abuela, lo siento. Ojalá que estuvieses aquí. Gracias por dedicarme cada segundo de tu vida. Te amo.
    Claudia Gómez Cano 1°B x

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  182. EL TREN HACIA MIS SUEÑOS
    Erase una vez, en la ciudad de new york, una niña llamada Estefanía que tenía 13 años.
    su cumpleaños era el 29 de abril. vivía a las afueras de new york, cerca de su casa existía un viejo tren que estaba abandonado, los ciudadanos de ese lugar lo conocían como: “el tren mágico”. ella tenía muchas ganas de ir así que un día se montó y quedó sorprendida de lo lujoso que era aquel tren, se quedo dormida y cuando despertó miró por la ventana, y asombrada, descubrió que el tren volaba y alrededor montónes de nubes rosas, como si fueran algodón de azúcar, llegó a un lugar maravilloso donde los ríos eran de chocolate, las casas de jengibre… todo era mágico, como decían los ciudadanos. aquel lugar era tan maravilloso que hasta los animales hablaban, las nubes cantaban, el viento dejaba aroma a chuches… Estefanía no esperaba ir a un lugar como ESE, tenía muchas ganas de contarle a sus padres todo lo que había visto. tenía ilusión por regresar a casa, aunque su nuevo sueño era volver a montar en ese maravilloso tren , esa noche fue la mejor de su vida.
    Lucía Pérez 1B

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  183. ME ESTOY APAGANDO..
    Era una noche lluviosa y las gotas caían sobre mi cuerpo y derramaba la suciedad que tenía por fuera.Me sentía tan triste ...Nadie me tomaba en cuenta de verdad,porque solo era un tren.Me sentía desgatado,sin ganar de seguir,solo veía gente que subía y bajaba.No se percataban de cómo estaba por dentro,y por fuera solo les interesaba llegar a su destino,incluso hubo mucha gente que me hizo daño en mi cuerpo sin permiso y no me cuidaban,lentamente me voy apagando,no se dan cuenta y cuando ya lo vean será muy tarde.
    Najelly Aitana Henriquez 4¨B¨

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  184. EL TREN IDEAL

    Me llamo Óscar y cada día empezaba en la estación. Siempre iba preparado con mi música y unos auriculares para aguantar las horas del viaje. Un día, estaba sentado en el banco y, de pronto, escucho el irritante y cansado sonido del tren que me llevaba a Zamora, el lugar al que siempre tengo que ir.
    Cuando el tren paró, me senté en mi butaca como otro día cualquiera, pero al lado mía se sentó un hombre mayor de un pueblo lejano que al principio no hablaba. Yo miraba por la ventana contemplando el paisaje, suspirando y recordando a donde tenía que ir y que me depararía en el futuro, pues mi destino era incierto y no sabía que hacer con mi vida aburrida llena de malas decisiones. De pronto, despúes de una hora, el hombre mayor me miró y me tocó el brazo suavemente, quería comprenderme. Agachó la cabeza y me dijo que durante mucho tiempo tenía que hacer un largo viaje para coger un tren que lo llevara hacia el mismo destino, y muchos trenes se le escapaban hasta que un día llegó justo cuando se estaba cerrando la puerta. Pero en ese instante, decidío volver y esperó a subirse al siguiente que lo llevase al lugar que siempre había querido, pues sabía que allí encontraría la felicidad. Eso cambió mi vida monótona y pensé que por muchas veces que coja el mismo tren, nunca me va a llevar al destino que quiero y que realmente me haga feliz, lo mejor es cambiar de rumbo.

    Guillermo Gómez Carrillo 1ºA Bach

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  185. EL PERRO Y EL TREN

    MIGUEL LUCAS DÍAZ


    Érase una vez que yo iba caminando y casi me pisa un tren por ir utilizando el móvil. Otro dia iba corriendo con mi perro y lo iba a pisar el tren, y yo pensé que me moriria si le pasase algo a mi perrito que tiene un año. Entonces fui a ver qué le pasó y lo llevé al veterinario. No le pasó nada. Luego fuimos a casa a descansar. Cuando se despertó, queria salir a hacer sus necesidades y después fuimos a mi casa a darle de comer y beber agua. Por la mañana fui a ver dónde dormía, pero ya no estaba el perro. Al fin lo encontré con una perra y tenían muchos hijos.

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  186. Los trenes legendarios
    MANUEL MUÑOZ LÁZARO

    Había una vez en una casa dos hermanos. A Juancho le encantaba su vida; a Pepito no. Había una leyenda de dos trenes: uno que era el del diablo y el otro de Dios. Juancho y Pepito se montaron en el del diablo, porque Pepito odiaba su vida. Pero Juancho tenía curiosidad. Entonces se sentaron de repente. El diablo apareció y dijo: hay un niño al que le gusta su vida. Pepito, como odiaba a su hermano, dijo: es mí hermano y está detrás de una de las sillas del fondo. Cuando todos los diablos acorralaron al niño, de repente apareció un Ángel, salvó a Juancho y el tren de Dios chocó con el tren del diablo. Luego Juancho se fue con Dios al cielo y Pepito al infierno.

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  187. REFLEXIONES DE TREN

    Inés Martínez García

    Un domingo lluvioso, con prisa y empapada, la suerte me lleva a sentarme junto a un señor de unos ochenta años.
    Destinados en aquel vagón.
    Lloré durante toda la tarde y aquél hombre comenzó a reir de una forma poco disimulada.
    Me llamó la atención su voz y levanté la mirada a aquellos ojos miel.
    Me preguntó, cortés, por mi lamento.
    -"A veces la vida no es como queremos"-entre sollozos "Un día todos te apoyan y te quieren y cuando…..."
    El viejo apoyó su mano sobre mi regazo.
    -"Querida, permíteme que te diga algo. Si cuentas el total de las arrugas de mi cara, verás todos los trenes que he cogido en mi vida, más de los que me gustaría". Sonrió.
    Mientras lloras, personas bajarán y subirán de este tren. Tú lo harás. Todos lo vagones tienen una historia y cuando no seas capaz de verla, tu destino estará próximo"

    Le regalé una sonrisa, ni siquiera una palabra.
    Bajé renovada, dispuesta a aprender con cada uno de mis viajes.
    Ese día permanecerá en mi para siempre y personas como aquél viejo formarían parte de mis propias arrugas, de mis mil historias de trenes y vagones.

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  188. TREN RUTINARIO
    Un día tan normal como todos los días cuando salgo del instituto voy a mi
    casa a comer. Cuando empiezo a ver las noticias de la tele veo que van a inaugurar
    un nuevo tren llamado Rutinario. Yo, como era tan fanático, fui a enterarme de cuando lo
    inauguraban. Vi en su página web que se inauguraba a las 18:30

    Yo compré mi entrada por internet. Decían que me podía retrasar como
    mínimo 5 minutos. Tenía que ser puntual. Cuando llegó la hora fui en mi bicicleta.
    Llegué el primero. O eso pensé.

    Fui a preguntar si el tren ya pasó y sí, sí pasó. Me iba a ir, pero de repente,
    se escuchó una bocina y llegó otro de las 19:30 Yo muy entusiasmado fui a comprar
    de nuevo las entradas y entré al tren el primero. Era alucinante.

    El tren por dentro con aire acondicionado, sus asientos comodísimos,
    mereció la pena gastarse en las entradas 150 euros. Yo vi que este tren iba para
    Madrid. Tuve una suerte increíble. Cuando llegué a Madrid volví porque eran las
    10:30, y mi madre me estaba esperando para que me comiese las albóndigas.

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  189. REFLEXIONES DE TREN, INÉS MARTÍNEZ GARCÍA

    Un domingo lluvioso, con prisa y empapada, la suerte me lleva a sentarme junto a un señor de unos ochenta años.
    Destinados en aquel vagón.
    Lloré durante toda la tarde y aquél hombre comenzó a reir de una forma poco disimulada.
    Me llamó la atención su voz y levanté la mirada a aquellos ojos miel.
    Me preguntó, cortés, por mi lamento.
    -"A veces la vida no es como queremos"-entre sollozos "Un día todos te apoyan y te quieren y cuando…..."
    El viejo apoyó su mano sobre mi regazo.
    -"Querida, permíteme que te diga algo. Si cuentas el total de las arrugas de mi cara, verás todos los trenes que he cogido en mi vida, más de los que me gustaría". Sonrió.
    Mientras lloras, personas bajarán y subirán de este tren. Tú lo harás. Todos lo vagones tienen una historia y cuando no seas capaz de verla, tu destino estará próximo"

    Le regalé una sonrisa, ni siquiera una palabra.
    Bajé renovada, dispuesta a aprender con cada uno de mis viajes.
    Ese día permanecerá en mi para siempre y personas como aquél viejo formarían parte de mis propias arrugas, de mis mil historias de trenes y vagones.

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  190. Los trenes legendarios

    Había una vez en una casa dos hermanos.
    A Juancho le encantaba su vida; a Pepito
    no. Había una leyenda de dos trenes: uno
    que era el del diablo y el otro de Dios.
    Juancho y Pepito se montaron en el del
    diablo, porque Pepito odiaba su vida.
    Pero Juancho tenía curiosidad. Entonces
    se sentaron de repente. El diablo apareció y
    dijo: hay un niño al que le gusta su vida.
    Pepito, como odiaba a su hermano, dijo: es mí
    hermano y está detrás de una de las sillas del
    fondo. Cuando todos los diablos acorralaron al niño,
    de repente apareció un Ángel, salvó a Juancho y el tren de Dios chocó con el tren del diablo. Luego Juancho se fue con Dios al cielo y Pepito al infierno.
    MANUEL MUÑOZ LÁZARO

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  191. EL TREN ROJO Y NEGRO
    Hubo un tiempo en que existiò un tren y su conductor,llamado Alfredo. Eran normales,pero un día de 1924 hubo un accidente.No paso nada grave , o eso creía: solo se descontroló un vagón . Desde ese día Alfredo se portava extraño, como si fuera otra persana, se iba a las 3am. y consigo se llevaba una azada y una bolsa de carbón. Todas las noches se escuchaba el tren . Tambien en otras ocasiones, hablaba solo como si hubiera otras personas.Hablaba de un tren rojo y negro. Sin duda , pensé que él estaba loco y yo , como su hermano me preocupo por él.
    Vivíamos en un pueblo cerca de la ciudad.Un día fui a la ciudad, donde quedé con un amigo. Él me sacó el tema del accidente y me dijo que murieron todos. Le dije : no puede ser, siempre lo veo .Él exclamó!ESTÁS LOCO!

    Víctor Alfonso Ortiz Reynaga 1ºESO/D

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  192. Hola me llamo Juan y tengo 12 años. Al lado de mi casa hay a estación de trenes abandonada. Está vigilada por seguratas, pero este año han intentado arreglar la estación, y mientras estaban en obras se encendió el tren y los atropelló a todos. Salió por las noticias . Así que me fui para allá con mi amigo Lucas. Cuando estábamos entrando vimos el tren con sangre y nos asustamos. Salimos por patas, pero de repente se apagaron las luces, luego se volvieron a encender y desapareció mi amigo Lucas. Me asusté tanto que me caí y me quedé inconsciente.Cuando me estaba despertando vi a un payaso cortando la la boca a mi amigo Lucas. Se dio cuenta de que me había despertado y el payaso fue a matarme y me mató. De repente me despierto y todo era un sueño. Menos mal que todo era un sueño


    Jesús García Franco 1. ESO-D

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  193. LA DIVISIÓN

    Comenzaban la década de los años treinta, el daño causado por el Crack del 29 se iba
    restañando, pero el dolor y la penuria aun agudizaban en numerosas localidades españolas,
    siendo la llegada del ferrocarril la única esperanza a la que aferrarse.
    Sin embargo, esto no ocurriría de la misma manera en Murcia, esa pequeña ciudad al sur
    del país, aún mayoritariamente agrícola y poco avanzada.
    Vivían en un barrio del sureste innumerables familias que se desplazaban al norte, de
    domingo a domingo, para trabajar y así poder subsistir. Pero esto pronto cambió con la
    inauguración de la estación de tren, pues, con el fin de evitar accidentes e incluso la
    destrucción de la maquinaria se construyó un titánico y monstruoso muro que significó la
    división de la ciudad de Murcia.
    Los Pérez Castejón y los Iglesias Esturrión, humildes jornaleros, fueron los primeros en
    manifestar su desacuerdo y percatarse de que la ruptura del pueblo en dos era una
    tragedia, principalmente para los habitantes del sur. Cientos de personas se reunían cada
    noche y gritaban al unísono “¡No al muro!”, hasta que la noche del 3 de Octubre, hartos de
    sandeces, decidieron actuar por la fuerza.
    -¡Pablo! Voy a proponerte algo, ¿Qué te parece si intentamos tirar el muro abajo de una
    vez?.
    -¡Sí!, llamemos a todos y llevémoslo a cabo, no podemos permitir esto.
    Acto seguido el muro y las vías eran puro caos, entre todos consiguieron derribar gran parte
    del muro, y tras bastantes conflictos con los policías y los secuaces de los caciques lograron
    su objetivo, con la infortuna de que murieron estos grandes amigos revolucionarios.
    Años después, tendría un suceso similar con la llegada del AVE, el barrio de Santiago el
    Mayor lucharía para evitar su aislamiento del resto de la ciudad hasta conseguir el
    soterramiento.

    Manuel Marín Pérez 2·C

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